Por la empinada escalera sube con pasos cansados,
vencejos lleva en el
pelo, nieblados sus ojos claros.
En las praderas celestes campanas están doblando,
por José Ubé Abril, en todo el orbe afamado.
por José Ubé Abril, en todo el orbe afamado.
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Julio Monzón, desde Mora, nada más
tener noticia del deceso aquí expresado, mandó que en toda provincia, por mano
de los vicarios, todas campanas sonaran a la vez y sin descanso. Que todas las catedrales, colegiatas y
parroquias. Que las iglesias de barrio, ermitas y santuarios, estén dos días
seguidos bandeando y repicando. Que
sepan todos que ha muerto, el último y más notable, de todos los campaneros. El
que por sola su mano doblaban once campanas, once túneles de bronce, once
gargantas doradas. Que avisen a los pastores que vuelven a las majadas. Que
detengan a las mulas que van abriendo la arada.
Que pregonen los heraldos, que sayones den palabra. Que toda la gente
humilde, este año y sin tardanza, venga por Semana Santa a escuchar el son del bombo que le diera
tanta fama. Maravilla es en el orbe, reclamo para su patria, empeño de aragonés
que cumplió con su palabra.
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EL BOMBO MÁS GRANDE DEL MUNDO
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EL BOMBO MÁS GRANDE DEL MUNDO
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En 1994, el artesano
y campanero de la catedral José Ubé lo construyó para ocupar el puesto que
ostentaba el bombo de Andorra, que a su vez había batido el récord del
construido en Calanda en 1973.
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