Busto relicario de Santa Jerónima en la catedral de Teruel. Es obra del siglo XVII y está firmada por el orfebre Lamberto Garro.
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GRAN ENCICLOPEDIA ARAGONESA
Garro, los
(1658-1755)
Familia de plateros zaragozanos, que a través de las mujeres de la familia
emparentan con otros plateros también de gran influencia. Fermín Garro era
natural de Irún (Guipúzcoa); en 1658 adquiere el título de maestro platero; su
hijo Baltasar lo adquiere en 1683; el hijo de éste, Lamberto, en 1703, y
Bernardo hijo del anterior en 1720. Fueron personajes muy influyentes en el
gobierno de la platería zaragozana. Fermín y Baltasar fueron sucesivamente
plateros de la basílica del Pilar, a este último le sucedió José Godó por tomar
la dirección del taller de Baltasar. En
la realización artística conocida y conservada destaca Lamberto, el cual firma
y fecha el frontal de altar de la catedral de Tarazona: lambertus de garro
fecit - caesaragt.ª anno 1724. Es una obra extraordinaria realizada en
relieve con cinco composiciones grandes y diecisiete más pequeñas. Se nota un
espíritu de emulación con el arte de su padrastro José Godó, al que sin duda
superó en modernidad
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Campana de la catedral de Teruel llamada de Santa Jerónima.
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CAMPANA DE LA TORRE DE LA CATEDRAL DE TERUEL (SIGLO XIX)
"La campana tiene una inscripción en
la parte superior, en latín: "S. HIERONYMA V. ET M. ORA PRO NOBIS. ANNO
1883" que debieran haber escrito como "SANCTA HIERONYMA VIRGO ET MÁRTIR ORA PRO NOBIS ANNO 1883" y que significa SANTA JERÓNIMA VIRGEN Y MÁRTIR.
En el medio exterior hay una cruz,
a los pies de la cual pone dos letras: "A." y "M.", que
suponemos quiere decir AVE MARÍA. Por la parte interior hay una pequeña imagen
de santa mártir, que debe corresponder a Santa Jerónima.
En el medio pie dice "+ A
SOLIS ORTU USQUE AD OCCASUM LAUDABILE NOMEN DOMINI. EMMANUEL QUILEZ ME
FECIT." del Salmo 113 (112), utilizado en las primeras vísperas de la
Virgen. que se puede traducir como DESDE LA SALIDA DEL SOL HASTA SU OCASO SEA
ALABADO EL NOMBRE DEL SEÑOR. A continuación figura el nombre del fundidor:
MANUEL QUILES ME HIZO"
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Jerónima, pintada por Velázquez en Sevilla antes de partir para Filipinas a los 65 años de edad. Antes de partir a Filipinas, para no volver, ya tenía fama de santa. Fundó el Monasterio de Santa Clara en Manila.
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ARTEHISTORIA
Jerónima (García)
Yáñez de la Fuente
Madre Jerónima de la Asunción
Hija del
licenciado Pedro García Yáñez, jurisconsulto, y de Catalina de la Fuente, nació
en Toledo el 9 de mayo de 1555. Ingresó con 15 años en el monasterio de Santa
Isabel en Toledo, donde vivió durante 50 años, Lo abandonó para fundar en
Manila el Real Convento de la Concepción de la Virgen Nuestra Señora, de monjas
de Santa Clara. La fundación fue sufragada por el maestre de campo y alcalde
ordinario Pedro de Chaves y por su esposa Ana de Vera que en 1618 encargaron al
procurador de la ciudad Hernando de los Ríos Coronel, realizar en España las
gestiones pertinentes para que esta monja -con fama de santidad- pasase a
fundar a Manila. Su viaje tuvo una primera escala en Sevilla, entre el 1 y el
20 de junio de 1620 y durante esos días se alojó en el convento de Santa Clara.
Fue allí donde seguramente Diego Velázquez la retrató. El 5 de julio embarcó en
Cádiz con 8 monjas y novicias. En México se unieron 2 monjas más, aunque una
falleció antes de llegar a Filipinas. El 24 de julio de 1621 desembarcaron en Bolinao
(Pangasinán) y desde allí por tierra hasta Manila: llegan el 5 de agosto y son
recibidas por el gobernador, el arzobispo, el cabildo y los prelados de todas
las órdenes religiosas. Ya había muerto su benefactor, Pedro de Chaves y su
viuda, Ana de Vera se hizo cargo del acomodo de las religiosas hasta que se
acabaron las obras del convento en Intramuros, a finales de octubre. La
prelacía de Sor Jerónima concluyó el 10 de mayo de 1623, pero hasta su muerte
siguió influyendo decisivamente en la dirección de la Orden. A su muerte, el 22
de octubre de 1630 el cuerpo fue sacado en procesión por las calles de Manila y
su sepultura se convirtió en centro de peregrinación. (Artehistoria)
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MUSEO
DEL PRADO
La
venerable madre Jerónima de la Fuente
1620.
Óleo sobre lienzo, 160 x 110 cm. Sala 010
Sor Jerónima de
la Fuente Yáñez, de hidalga familia toledana, fue monja franciscana en el
convento de Santa Isabel de Toledo. En 1620, cuando contaba sesenta y seis
años, pasó a Sevilla para embarcar con destino a Filipinas para fundar el
convento de Santa Clara de la Concepción en Manila, del que fue primera abadesa
y en el que murió en 1630. El retrato, que la muestra en pie sosteniendo un
crucifijo con la mano derecha con gesto enérgico y un libro de oraciones -o
quizás la regla de la orden- en la izquierda, fue sin duda realizado en Sevilla
durante su estancia en esa ciudad en el mes de junio de 1620, antes de embarcar
para la larga travesía. La imponente imagen es testimonio de la actividad de
Velázquez antes de su paso a Madrid, inmerso en el tenebrismo de raíz
caravaggiesca con una fortísima caracterización bajo una cruda luz que subraya
todos los accidentes del rostro y las manos, sin perdonar detalle. La energía
de la monja queda maravillosamente expresada tanto en el rostro, de mirada
intensa y escrutadora, como en el modo de empuñar el crucifijo, fuertemente
sostenido, casi como un arma, como tantas veces se ha dicho. El retrato
responde al deseo de las monjas de conservar de alguna manera la imagen de la
madre ausente, tal como atestigua la existencia de al menos dos ejemplares más
del retrato, de calidad semejante. Uno de cuerpo entero, como aquí, y
procedente también del convento toledano de Santa Isabel, pertenece a la
colección Fernández Araoz y difiere sólo por la posición del crucifijo. Otro,
de medio cuerpo, hoy en la colección Apelles de Santiago de Chile, muestra el
crucifijo en la misma posición que el del Prado, aunque presenta una técnica
algo más seca y dura. La prioridad entre ellos no está clara, pero quizás el de
medio cuerpo preceda a los otros, que muestran más levedad de pincel. El largo
letrero biográfico que muestran tanto el del Prado como el de Fernández Araoz
es claramente un añadido, pero la filacteria que aparece en este último con la
inscripción Satiabor dum gloria... ficatus verit que aparecía también en el del
Prado, es rigurosamente auténtica y otorga al retrato una apariencia de imagen
sagrada, pues las virtudes de sor Jerónima eran ya divulgadas en su tiempo, y
entre sus hermanas de claustro y orden tenía fama de santidad e incluso se
llegó, a su muerte, a pensar en canonizarla. Velázquez, al retratarla, consigue
una imagen rebosante de verdad y a la vez crea un modelo de santidad
ejemplarizante. El retrato estaba en el convento, atribuido a Luis Tristán. Fue
descubierto con ocasión de la exposición franciscana de 1926, y, al
restaurarlo, apareció la firma y la fecha (Texto extractado de Pérez Sánchez,
A. E. en: El retrato español. Del Greco a Picasso, Museo Nacional del Prado,
2004, pp. 342-343)
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REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Jerónima
(García) Yáñez de la Fuente
Madre Jerónima de la Asunción
Biografía
Yáñez de la
Fuente, Jerónima. Madre Jerónima de la Asunción. Toledo, 9.V.1555 – Manila
(Islas Filipinas), 22.X.1630. Fundadora y mística.
Era la tercera
hija del licenciado Pedro García Yáñez y de Catalina de la Fuente. En 1570
ingresó en el Monasterio de Clarisas de Santa Isabel de los Reyes de su ciudad
natal. Aquí permaneció hasta el año 1620, cuando, a la edad de sesenta y cuatro
años, emprendió viaje a Filipinas para fundar el primer Convento femenino de Extremo
Oriente.
El despertar de
su vocación fundadora parece relacionado con un encuentro casual con fray Diego
de Soria, dominico y misionero en Filipinas que llegaría a ser obispo de Nueva
Segovia. Éste, en 1598 o 1599, pasó por Toledo camino de Roma y visitó el
Monasterio de Santa Isabel para saludar a una prima suya clarisa. En la
conversación que mantuvo con ella, y en la que estuvo presente sor Jerónima,
habló de la necesidad de fundar un monasterio en Filipinas, proyecto para el
que se ofreció inmediatamente sor Jerónima.
Esta fundación,
solicitada por los vecinos españoles de Manila, se vio retrasada ante la
negativa del propio Rey y del presidente del Consejo de Indias a que la madre
Jerónima, en quien se quería hacer descansar el peso de la fundación, saliera
de España. El 27 de agosto de 1612, Pedro de Chaves, maese de campo de Manila,
y su esposa Ana de Vera, otorgaron una escritura de donación de tres casas de
su propiedad para que se estableciera un convento de clarisas que debía ser
fundado precisamente por la madre Jerónima y destinado a recibir a “personas
siervas de Dios y hijas de conquistadores que no tienen con qué casarse
conforme a su calidad”. En 10 de julio de 1617 se otorgó otra escritura de
donación de unas estancias de ganado mayor, para asegurar el sustento de las
monjas. A partir de entonces, las dificultades opuestas a la fundación se
allanaron y las gestiones de Hernando de los Ríos Coronel, procurador de
Manila, consiguieron las licencias necesarias. En 5 de julio de 1620 la madre Jerónima
inició en Cádiz viaje a México adonde llegó a finales del mes de septiembre. En
24 de julio del siguiente año alcanzó las Filipinas; era el puerto de Bolinao,
en la provincia de Pangasinán. Desde aquí y haciendo el trayecto por tierra, la
fundadora y sus ocho compañeras cruzaron las actuales provincias de Tarlac,
Pampanga y Bulacán, hasta entrar en Manila el 5 de agosto, siendo objeto de un
recibimiento extraordinario. Aquí transcurrieron los últimos nueve años de la
vida de la madre Jerónima, consagrados a una fundación que quiso mantener
siempre, y a pesar de grandes dificultades, dentro de la primera regla de Santa
Clara (aprobada por Inocencio IV en 1253 y muy estricta en materia de pobreza).
Manila, fundada
por Legazpi cincuenta años atrás, era en estos años una ciudad con una intensa
actividad mercantil, sostenida pese a la amenaza constante de corsarios
ingleses y holandeses, de piratas musulmanes, de alzamientos de nativos o
sublevaciones de la población china. A esto se sumaban los desastres naturales:
tifones y terremotos, peligros que gravitaban sobre la colonia creando una
sensación permanente de amenaza y acoso. Cuando la madre Jerónima llegó a
Manila, los españoles eran aproximadamente tres mil, pero muy pronto su número
fue descendiendo hasta llegar a cifras alarmantes, al promediar la centuria.
Las primeras
dificultades a que tuvo que hacer frente la madre Jerónima tenían su origen en
la inexistencia de un edificio adecuado para convento y en la inhibición de su
patrocinadora, Ana de Vera, quien parecía haberse desentendido del asunto. En
13 de septiembre de 1621, el oidor de la Audiencia Jerónimo de Legazpi ordenaba
el traslado de las religiosas a la casa de doña Ana, a la que previamente había
desalojado. Aquí se estableció el que fue llamado Monasterio de la Purísima
Concepción de monjas descalzas de Santa Clara. El 31 de octubre tomaban el
hábito en él las tres primeras jóvenes de la sociedad de Manila; pronto les
siguieron otras hasta alcanzar la veintena, menos de dos meses después del
establecimiento de este convento.
El deseo de la
madre Jerónima era que el monasterio viviera en estricta pobreza sin poseer
bienes de ningún tipo y abierto a la profesión de doncellas de todas las razas
y condiciones sociales, ya que no se exigiría dote para ingresar en él. Los
problemas se presentaron rápidamente: el provisor de la diócesis declaró nula
la toma de hábitos de las tres primeras profesas y excomulgó a la madre
Jerónima. A esto se añadió la oposición de las clases económicamente más poderosas
de las islas que veían con desagrado el ingreso “masivo” de jóvenes de buena
posición en el convento, lo que reducía las posibilidades de matrimonios
convenientes (habida cuenta de la escasez de mujeres casaderas españolas).
Aliadas al gobernador, intentaron imponer una limitación al número de novicias,
lo que terminarían por conseguir pese a la oposición de la fundadora. Tampoco
veían con buenos ojos la admisión de jóvenes mestizas e indias y en este punto,
y muy a su pesar, la madre Jerónima hubo de transigir. A estas dificultades se
sumaron las derivadas del empeño de vivir en su radicalismo la regla de Santa
Clara, renunciando a disfrutar de propiedades, a la exigencia de dotes y a la
presencia de esclavas o criadas en el convento. De este modo, el apoyo con el
que había contado la fundación en sus inicios, se debilitó y tuvo que hacer
frente a la incomprensión, incluso dentro de la propia Orden de San Francisco.
En 10 de mayo de 1623, la madre Jerónima fue privada de la dirección de la
comunidad y relegada al oficio de maestra de novicias. Más tarde recuperaría su
condición de abadesa, pero los enfrentamientos con los superiores de la
provincia de San Gregorio no finalizaron hasta la llegada a las islas del
gobernador Juan Niño de Tavora (1626).
Siempre se
mantuvo firme ante cualquier intento de modificar el carisma de la fundación y
esta determinación no fue comprendida, tachándola de obstinada. En el momento
de su muerte, su desasimiento de todo lo material fue aún más evidente: pidió
que hicieran en el suelo una cruz de ceniza y que la pusieran sobre ella y le
leyeran las siete palabras que Jesús pronunció en la cruz. El 22 de octubre de
1630 su muerte, acaecida a las 4 de la tarde, daba paso a unas multitudinarias
honras fúnebres. La fama de su santidad fue aumentada por los milagros
atribuidos a su intercesión y en 1633 la ciudad de Manila pedía al Rey se
realizaran las gestiones para su canonización. Este empeño contó con el apoyo
de la Corona, pero diversas causas, entre las que los autores señalan motivos
económicos, retrasaron la tramitación de la causa.
Bibl.: A. de
Cristo, Historia de nuestra santa Madre Gerónima de la Asunción, Manila,
1623-1629 (ms.); B.de Letona, Perfecta religiosa. Contiene tres libros. Libro
I. De la uida de la Madre Geronima de la Asunçion de la orden de N.M.S.Clara.
Fundadora y primera Abadessa de las Desalças de Manila en Philipinas: dechado
perfecto de Religiosas y espejo admirable de todas las virtudes. Libro II. De
la Oracion y exercicios, que con exemplo y doctrina, por escrito, y de palabra
enseño la M. Geronima: don documentos y Meditaciones para exercicios
espirituales quotidianos, Oracion mental, Oficio diuino, Missa y Rosario, y un
breue Catalogo de Indulgencias, y Oraciones Iaculatorias. Libro III. De la Regla
y Constituciones, que con exemplo, y Doctrina enseño, y guardo
perfectissimamente la M. Geronima, con declaraciones, resoluciones morales, y
doctrinas generales para las Religiosas de qualquiera Orden, y documentos
singulares para la Confession, y Comunion, Escrupulos..., impreso en la Puebla
de los Ángeles por la Viuda de Juan de Borja, 1662; G. de Quesada, Ejemplo de
todas las virtudes y vida milagrosa de la venerable madre Jerónima de la
Asunción, abadesa y fundadora del real convento de la Concepción de la Virgen
Nuestra Señora, de monjas descalzas de nuestra madre santa Clara de la ciudad
de Manila, Madrid, Antonio Marín, 1717; A. de Madrid, Vida de la Madre Jerónima
de la Asunción, abadesa del convento de las descalzas clarisas de Manila,
Madrid, 1717; Manilana Beatificationis, et Canonizationis Servae Dei Sororis
Hieronimae ab Assumptione, Fundatricis, & primae Abbatissae Regi Monasterii
Monialium Excalceatarum Sanctae Clarae Civitatis Manilae. Instructio pro
rituali, ac legitima Constructione processus remissorialis in Civitate, &
Dioecesi Manilana super Sanctitate Vitae, Virtutibus & Miraculis in specie
praedictae V.Servae Dei, Manila, 1735; L. Pérez, Compendio de la vida de la
Madre Jerónima de la Asunción, Manila, 1903; L. Pérez, “Fundación del convento
de Santa Clara de Manila y documentos a él pertenecientes”, en Archivo
Ibero-Americano, XVIII (1922), págs. 225-243; M. E. Heredero, Ilustre hija de
Toledo. Primera misionera de Oceanía, Toledo, Editorial Católica Toledana,
1929; Congregatio de Causis Sanctorum, Prot. 1720, Manilen beatificationis et
canonizationis ven.Servae Dei sororis Hieronimae ab Assumptione (in saec. H. Yáñez), fundatricis et primae
abbatissae monasterii monialium excalceatarum S.Clarae Ordinis S.Francisci in
civitate Manilana Philippinarum, in Indiis Orientalibus (1555-1630). Positio
super vita et virtutibus, Romae, MCMXCI; Congregatio de Causis Sanctorum,
Manilem. Canonizationis ven.servae Dei Hieronimae ab Assumptione (in saec: H.
Yáñez), monialis profesae II Ordinis S.Francisci (9 maii 1555-22 oct.1630). Relatio
et vola sulla seduta dei consultori storici tenuta il 28 aprile 1992, s. l.,
1992; P. Ruano, La V.M. Sor Jerónima de la Asunción, fundadora del monasterio
de Santa Clara de Manila y primera mujer misionera en Filipinas, Madrid, 1993;
A. Abad Pérez, “Las clarisas y sus escritos”, en Verdad y Vida, t. LII, n.º
205-208 (1994), pág. 581; C. Sánchez Fuertes, “La Madre Jerónima de la Asunción
y su fundación del monasterio de Santa Clara de Manila. Incidencias y consecuencias”,
en Verdad y Vida, t. LII, n.º 205-206 (1994), págs. 379-400.
Marta María
Manchado López
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