LA DICTADURA DE PEDRO Y PABLO
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Hay en España muchas personas, en
estos momentos la mayoría de la población, que prefieren la república de Felipe
VI a la monarquía de Pedro y Pablo. Digo bien, y no me equivoco. Sin embargo,
para romper el equilibrio actual, tienen que manejar bien los hilos de la
información, de la libertad y sobre todo, de la “caridad”. Quieren tener un
nicho de población mantenida con la “caridad” del erario público que es lo
mismo que decir a costillas del trabajador, y así, apresar el voto que les
favorece, el voto cautivo. Tal es la técnica macabra que han desplegado en
Venezuela para instalar una dictadura.
No luchamos contra Franco para que
una nueva dictadura se implante en nuestra nación. Sin embargo, esto sucederá,
a menos que tomemos conciencia de lo que se nos avecina. El PCE ya luchaba
contra la dictadura de Franco para imponer la dictadura marxista.
Los signos son claros y las
advertencias ciertas. Y, cuando los signos son inequívocos, hay que ponerse a
trabajar si queremos preservar nuestro modo de vida, nuestra exigencia de
libertad, nuestra capacidad de elegir una vida de acuerdo con los principios
internacionales de libertad, solidaridad y fraternidad.
Lo que hay que evitar es el avance en
la dirección equivocada y ese avance se está produciendo aprovechando el estado
de alarma. Lo tremendo del caso es que
aquí, no se está tan atento a la pandemia, como se está al cambio de régimen y, esa es, una advertencia que ha dado el mejor estadista del PSOE, una
advertencia que ha lanzado Felipe González, que algo sabrá de Política de Estado.
Esta falta de atención a lo
sustancial de la pandemia ha llevado a España a alcanzar el récord mundial de más
muertes por cada 1.000 habitantes, mientras, se estaba legislando temas ajenos
a la urgencia que nos atenaza.
Por esta clara razón de pérdida de confianza (si es que
quedaba un ápice) y de engaño (descarado) es por lo que el estado de alarma
debe cesar.
Puede mantenerse el control y las
medidas sanitarias de la pandemia sin necesidad de estado de alarma, pues es
éste, una escusa para subvertir y violentar la constitución. Una artimaña para
hacer lo que dice Felipe González: UN CAMBIO DE RÉGIMEN. Otros lo llaman AUTO-GOLPE DE ESTADO.
Por esa razón nosotros nos quedamos
con la REPÚBLICA DE FELIPE VI, antes que con la MONARQUÍA DE PEDRO Y PABLO.
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