Catecismo de Jerónimo de Ripalda
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Ripalda ha tenido, casi hasta la fecha, una gran popularidad gracias a su catecismo. Un catecismo cuya autoría se disputa o comparte con el padre Astete y, ambos catecismos, se distribuyeron por toda la cristiandad con profusión. Sintetizar una doctrina como la cristiana en sencillas preguntas sin desvirtuar su esencia es algo difícil. Por ello, la tarea de ambos catequistas ha recibido el aplauso de multitud de personas e instituciones. Teruel, su patria chica, le tiene dedicada una calle.
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Calle Ripalda en el callejero de Teruel
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Parece ser que Jerónimo de Ripalda nació en Teruel debido a que su padre, médico, estuvo en esta ciudad temporalmente para luego, tras ingresar en la Compañía, residir en varias ciudades y ser confesor de Santa Teresa de Jesús. La partícula de pertenencia "de" que precede a su patronímico, nos remite a Navarra en cuya provincia hay un lugar llamado Ripalda que hoy forma municipio junto a Güesa e Igal.
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Reja modernista en la calle Ripalda de Teruel
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Jerónimo de
Ripalda
Biografía de Javier Burrieza Sánchez
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Ripalda,
Jerónimo de. Teruel, 1535 – Toledo, 21.IV.1618. Jesuita (SI), catequista.
Su padre, el
médico Bernardino de Ripalda, el cual había conocido a Íñigo de Loyola mientras
estudiaba en Alcalá, se opuso a la vocación jesuítica de su hijo a través de un
Decreto Real que llevó ante el rector del colegio de la ciudad complutense. No
lo consiguió, y tras un proceso de formación repartido en Gandía, Valencia y
Alcalá, Jerónimo de Ripalda, ya como jesuita, ejerció la docencia en Plasencia,
Valladolid, Ávila y de nuevo, Valladolid. Se trataba de un jesuita muy
capacitado para las relaciones sociales, lo que le valió el desempeño de cargos
de gobierno en las Casas de Castilla. Toledo fue su última morada, en una
ancianidad prolongada (desde 1594 hasta su muerte).
Vinculado con la
madre Teresa de Jesús como confesor, la animó a escribir el Libro de las
Fundaciones, según lo expone la propia santa carmelita en la obra: “Estando en
Salamanca, año de mil y quinientos y setenta y tres [...] confesándome con un
padre rector de la Compañía, llamado el maestro Ripalda, habiendo visto este
libro de la primera fundación, le pareció sería servicio de Nuestro Señor que
escribiese de otros siete monasterios que después acá, por la bondad de Nuestro
Señor, se han fundado, junto con el principio de los monasterios de los Padres
Descalzos de la primera Orden, y así me lo ha mandado”. Ripalda fue apresado,
cuando era rector de Villagarcía de Campos, por el Tribunal de la Inquisición
de Valladolid entre 1586 y 1588, aunque finalmente resultó absuelto.
Se le había
acusado, entre otras cosas, de complicidad, de haber encubierto y después de
haber protagonizado distintos casos de solicitación, e incluso de la herejía de
los alumbrados de Llerena.
Hasta 1996, la
historiografía de la catequesis hablaba de la Doctrina Cristiana de Jerónimo de
Ripalda, cuya primera edición fue impresa en 1591. A pesar de haberse fechado
entonces la primera edición, parece ser que entre los jesuitas de los colegios
y las casas de probación circulaba una versión manuscrita de una Doctrina de
Ripalda. Así se prueba por las opiniones, por cierto poco favorecedoras, que
vertió en las habituales cartas el provincial castellano Pedro Villalba en
1586. Fue la documentación judicial del Consejo Real la que permitió a los
historiadores conocer una obra que bajo el título de Interrogaciones para la
Doctrina Christiana por modo de Diálogo entre Maestro y el Discípulo, había
sido impresa en Madrid en 1589 y cuya autoría correspondía a Gaspar de Astete.
Formaba parte de
las pruebas reunidas para dirimir el pleito que se había interpuesto al creer
que tres textos, nacidos de manos jesuíticas, vulneraban el monopolio de
impresión decretado en favor del Cabildo de la Catedral de Valladolid, con sus
famosas Cartillas de la Doctrina Cristiana. Este hallazgo, a primera vista,
demostraba que Astete había escrito, probablemente, un segundo catecismo,
además del de 1576 o 1586. Sin embargo, recorriendo sus páginas y contenidos,
se puede comprobar —así lo hizo por vez primera Luis Resines— que el texto era
exactamente igual al que se publicó después bajo la autoría de Ripalda en su
célebre catecismo en 1591. Dos años de diferencia, dos lugares de impresión,
dos impresores, dos autores pero un mismo texto.
Se trataría de
un “segundo catecismo de Astete” y a pesar de ello, fue una obra constantemente
reeditada (con cuatrocientas setenta y una ediciones hasta 1909). Ambos textos,
los que se han conocido respectivamente como Astete y Ripalda, en realidad se
pueden denominar el Primero y Segundo Astete. Ambos, igualmente, estaban
desprovistos de las inacabables luchas de las escuelas teológicas, aunque no
faltaba la reacción antiprotestante, basando sus reflexiones en tres pilares
fundamentales: las Sagradas Escrituras, los textos de los padres de la Iglesia
y las reflexiones nacidas del Concilio de Trento. Era más importante exponer la
fe a tantos ignorantes de la Doctrina que rebatir en las alturas teológicas.
Ripalda generó bibliográficamente un mayor número de comentarios.
La adaptación
ilustrada, publicada en el siglo XVIII, fue realizada por Juan Antonio de la
Riva en 1800, añadiendo un buen número de preguntas y respuestas.
Poco a poco,
tanto el Astete como el Ripalda, habían ido sustituyendo a la propia Biblia en
la vida espiritual, mucho más alejada para tantos cristianos, incapaces de
leerla en su versión oficial latina. El método Astete-Ripalda consiguió imponer
un “modelo [catequético] unificado en toda España”.
Obras de ~:
Contemptus mundi, de nuevo corregido por un Padre de la Compañía de Jesús,
Alcalá, 1576 (Sevilla, 1587); Doctrina Cristiana con una exposición breve,
Burgos, 1591 (ed. facs. con intr. de L. Resines, Salamanca, 1991); Razonamiento
que hace el pecador a Dios, Madrid, 1614; Suave coloquio del pecador con Dios,
Lérida, por Luis Manescal, 1618.
Bibl.: I. M.
Sánchez, Doctrina Cristiana del Padre Jerónimo Ripalda e intento bibliográfico
de la misma. Años 1591-1900, Madrid, Imprenta Alemana, 1909; D. Llorente,
“Cartillas de doctrina. Catecismos de Astete y Ripalda”, en Revista
Catequística, 16 (1925); L. Resines, “Lectura crítica de los catecismos de
Astete y Ripalda”, en Estudio Agustiniano, 16 (1981), págs. 73- 131, 241-297 y
405-448; “Astete frente a Ripalda: dos autores para una obra”, en Teología y
Catequesis (1996), págs. 89-138; La Catequesis en España. Historia y textos,
Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1997; Ch. E. O’Neill (S.I.) y J. M.ª
Domínguez (S.I.) (dirs.), Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús.
Biográfico-Temático, Roma-Madrid, Institutum Historicum, S.I.-Universidad
Pontificia Comillas, 2001.
Javier Burrieza
Sánchez
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