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¡POR MIS BOTAS GACHERAS!
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Estaba yo más contento
que un gato con un pescao,
cuando este jueves pasado
me´n tornaba del mercao.
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Llevaba a cuestas un fardo
con lo que había comprao,
en el puesto del Mariano
que lleva muy buen calzao.
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¡Cómprate botas potentes!
me habían encomendao,
que pa el día veinticinco
tendremos todo nevao.
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Nada más llegar a casa
y, tras haberlas probao,
mensajeé a los Gacheros:
“mia que guapas m´han quedao”.
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Cuál no sería mi asombro,
¡me dejaron jorobao!
al decirme “Morenín”
lo que habían alcordao.
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Si el miércoles la Gachada,
con ellos has alcordao,
que sepas que la suspenden
porque el suelo está embarrao.
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¿Quién es ese tan agudo?
¿Quién es ese espabilao?
¿Quién me hace tirar las botas
a lo alto del tejao?
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Paquito el de Villafranca,
paice ser que lo ha pensao,
tras rascarse bien el coco
con tenedor oxidao.
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¡Malhaya los malandrines!
¡Malhaya los jilocanos!
¡Malhaya quien me desluce
las botas que me he comprao!