¡¡¡POR LOS VEINTICINCO REYES DE
ARAGÓN!!!
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El paseo del Óvalo es la gran
barbacana turolense que mira al sol de poniente. Desde aquí, ¡ojo avizor!, el
vigía de la torre mudéjar advierte del
que llega y del que se marcha y, desde aquí, se contempla con emoción los
siglos de aragonesismo que han vivido estas tierras y estas gentes. Ahora, en estos
días de rojo horizonte, de fría calma invernal y, de un cielo que cubre ochocientos
años de corazones amantes, seguimos atentos a los hombres, a sus trabajos y a
sus fatigas. Y así es, porque estamos celebrando ochocientos años de
aragonesismo cultural impreso en el texto de Los Amantes de Teruel. Un texto
aragonesista que sufrió, por la ausencia del aragonesismo político que lo debió
preservar en nuestra tierra, del exilio. Por esta razón, ahora, lo que queda del
libro del Linaje de los Marcilla, reside en la Biblioteca de Cataluña en la
ciudad de Barcelona. Esta es una razón y sobran mil más para desear que surja,
con fuerza potente, una nueva era de gentes que piensen Aragón, que sientan
Aragón, que sueñen Aragón y que luchen denodadamente por Aragón. Una nueva
generación capaz de soportar sobre sus espaldas el legado de los veinticinco
reyes que forjaron esta tierra. Veinticinco reyes como veinticinco golpes de
aceradas espadas celtibéricas, de aquellas que hicieron temblar a los romanos
en la batalla de Segeda. El aragonesismo político no ha muerto, ni tampoco el
cultural, ni el social… No ha muerto nada de lo que brota siempre, con fruición, de lo más profundo del pueblo
aragonés.
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Aragonesismo
(Fragmento del artículo de Chaime
Marcuello en el Heraldo de Aragón))
¡Quién sabe! Yendo a lo práctico, el
aragonesismo político que hemos conocido en Aragón en estos años de democracia
está en fase de extinción. El PAR va camino de desaparecer como actor
relevante, si no lo ha hecho ya al coaligarse con el PP. Y CHA está cooptada en
su coalición de gobierno con el PSOE. Los partidos recién llegados tampoco
sirven de referencia. Los súbditos del ciudadano Rivera vienen con una doctrina
antiaragonesismo y, viendo las jotas que canta Pablo Echenique, mejor que no
levante la bandera de Aragón. Mientras el escenario político siga en ebullición
y la distribución del poder político sea la que es, nuestro país va camino de
nada. Los próximos meses van a ser cruciales para el aragonesismo político.
¿Están los tiempos para reivindicar más Aragón? Quizá sí, faltan ideas,
propuestas y líderes que pongan voz.
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