¡¡¡POR LOS VEINTICINCO REYES DE ARAGÓN!!!
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El paseo del Óvalo es la gran barbacana turolense que mira al sol de poniente. Desde aquí, ¡ojo avizor!, el vigía de la torre mudéjar advierte del que llega y del que se marcha y, desde aquí, se contempla con emoción los siglos de aragonesismo que han vivido estas tierras y estas gentes. Ahora, en estos días de rojo horizonte, de fría calma invernal y, de un cielo que cubre ochocientos años de corazones amantes, seguimos atentos a los hombres, a sus trabajos y a sus fatigas. Y así es, porque estamos celebrando ochocientos años de aragonesismo cultural impreso en el texto de Los Amantes de Teruel. Un texto aragonesista que sufrió, por la ausencia del aragonesismo político que lo debió preservar en nuestra tierra, del exilio. Por esta razón, ahora, lo que queda del libro del Linaje de los Marcilla, reside en la Biblioteca de Cataluña en la ciudad de Barcelona. Esta es una razón y sobran mil más para desear que surja, con fuerza potente, una nueva era de gentes que piensen Aragón, que sientan Aragón, que sueñen Aragón y que luchen denodadamente por Aragón. Una nueva generación capaz de soportar sobre sus espaldas el legado de los veinticinco reyes que forjaron esta tierra. Veinticinco reyes como veinticinco golpes de aceradas espadas celtibéricas, de aquellas que hicieron temblar a los romanos en la batalla de Segeda. El aragonesismo político no ha muerto, ni tampoco el cultural, ni el social… No ha muerto nada de lo que brota siempre, con fruición, de lo más profundo del pueblo aragonés.
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