Tineola bisselliella
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Abra usted el armario, saque y airee la
ropa al fresco viento del febrero turolense. Están a punto de comenzar los “Medievales”. Si todo está en buen uso perfecto. Pero, si hay destrozos por la polilla o, por el contrario, encuentra alguna
mancha que le pasó desapercibida el pasado febrero… no deje de acudir a la
tintorería. En un momento le dejarán la ropa como si fuera del mismísimo siglo
XXI. No olvide, tampoco, sacarle brillo al casco, darle piedra a la espada, a la
lanza, al machete, al puñalico y, sobre todo, herrar el caballo si es usted de
ese tercio. Muy importante reponer la pasamanería si tal vez se deshilachó. Si acaso, este año debe comprar
ropa nueva y no tuvo tiempo de encargarla al sastre, acuda a las tiendas especializadas.
Tienen ropa de hace 800 años, una maravilla. En ningún caso está obsoleta y es recia, firme y
resistente… sobre todo resistente. Una vez tenga todo preparado espere al toque de los clarines y de las trompas. Al
estruendo de las fanfarrias. A que toquen las campanas de la Catedral a boda y
a que Agustín suene la corneta para empezar el pregón. Ya son “Las Bodas de Isabel
de Segura.”
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