Dos esquelas en la puerta del Salvador
****
HABLEMOS DE LA DESPOBLACIÓN
*
LAS TRES FASES
*
Siglos XVII y XVIII: estabilidad poblacional (epidemias y mortalidad infantil)
*
Siglo XIX y primera mitad del XX: bum demográfico y emigración del campo a la ciudad.
*
Segunda mitad del siglo XX y siglo XXI: muerte agónica de nuestros pueblos (altos índices de crecimiento vegetativo negativo). Teruel, Alcañiz, Andorra y Calamocha pierden población.
*
LAS TRES FASES
*
Siglos XVII y XVIII: estabilidad poblacional (epidemias y mortalidad infantil)
*
Siglo XIX y primera mitad del XX: bum demográfico y emigración del campo a la ciudad.
*
Segunda mitad del siglo XX y siglo XXI: muerte agónica de nuestros pueblos (altos índices de crecimiento vegetativo negativo). Teruel, Alcañiz, Andorra y Calamocha pierden población.
*
Lo normal es ver una esquela o dos en
la puerta de tu parroquia. En los pueblos funciona el móvil o el “fijo” para
que vengan los de la capital al entierro. Hace más de treinta años que la pila
bautismal cría telarañas. Tampoco hay bodas y por no haber… no hay gente, ni en
las calles. Los pocos vecinos residentes, donde los hay, se atrincheran detrás
de las ventanas con las persianas bajadas. Viven en un bucle hermético y no
salen a la calle por no coger alguna pasia y tener que “molestar” a los
hijos que están en la capital. El pueblo solamente muda su estampa unos días
para el mes de agosto, con ocasión de las Fiestas Mayores. Sin embargo, el
lugar figura como entidad política local, es decir, con Ayuntamiento
constituido, Alcalde y demás asuntos. Los políticos saben de la manera de
funcionar aquí las cosas, pero lo permiten… es lo que hay. Hubo un tiempo en
que tentados estuvieron de vender el pueblo, algún experimento se hizo, pero
resultó mal. Así que, cambiaron de estrategia. En algunos de nuestros pueblos
abandonados figuran veinte o treinta vecinos, en realidad viven dos o tres
personas, los demás, son cazadores que se han avecinado y de esa manera
controlan el término y, también están avecinados aunque vivan fuera, los de la PAC (Política Agraria Común). Es mejor ser concejal de un pueblo de Teruel viviendo en
Valencia que tener que comprar tierras y montes, poner guardias y resolver los
múltiples problemas. Así, funcionando como Ayuntamiento, la administración se
encarga de todos los gastos y el término municipal es mi coto de caza, no hay
ningún problema.
Así pues, aprovechamientos
forestales, cinegéticos, agricultura extensiva del cereal y ganadería
intensiva, cumple la mayor parte de la provincia. Como en su día no se
industrializaron las cabeceras de comarca y las Denominaciones de Origen, junto
con la PAC, no han servido para uno de
los fines que se crearon se ha llegado a donde estamos. La pirámide poblacional
se ha invertido en cada uno de los pueblos de nuestra provincia. Tenemos
abundantes ejemplos de lugares en los que no hay ningún niño y sí, cuarenta viejos.
Las tres poblaciones más significativas de la provincia que deberían hacer de
“motor” (junto con Andorra) están en situación de pérdida alarmante de
población. Y no será porque no se ha intentado frenar el proceso… pero por
razones que se nos escapan no se ha podido conseguir. En Teruel capital, lo que
en tiempos fueron colegios y residencias de estudiantes, ahora son Residencias
de la Tercera Edad. En estos días se presenta el libro de Muneta 150 años de
los Paúles en Teruel (los Paúles, son ya, otra Residencia para la Tercera
Edad).
Las tierras de Teruel, ubicada en
pleno Sistema Ibérico y con la ganadería como principal actividad, tuvieron
desde su origen un poblamiento singular, se trata de las MASÍAS o MASADAS, las de menor entidad se llaman,
MASICOS. Tengo un amigo que me dice que su pueblo, La Puebla de Valverde, que en tiempo llegó a ser el de mayor
extensión de la provincia de Teruel, tiene cien (100) masías. Cada masía abarca
un amplio territorio con tierras para labor y pastos para el ganado. Muchas de
estas masadas o agrupaciones de masadas llegaron a tener escuela. Pero, el
ocaso de las masadas comenzó con el asunto de los Maquis. Para entonces,
después de la Guerra Civil (36-39), el General Pizarro obligó a los masoveros a
ir a dormir al pueblo para tratar de evitar así, el abastecimiento de la guerrilla comunista.
Ahora ha saltado a los medios de
comunicación el problema de la despoblación y el Gobierno central dice que va a
formar una comisión para que se estudie el tema. También el Gobierno autonómico
está preocupado, como no podía ser de otra manera, del asunto. Todos llegan
tarde. El mal ya está hecho.
La situación actual de la provincia
de Teruel es semejante a un campo después de una batalla. Pero, una batalla,
tremendamente cruenta. Nadie ha resultado sano y salvo. Todas las poblaciones
tiene “el bayo” (tienen dentro la enfermedad). Hay en el campo de batalla muertos,
los más, poblaciones que hace veinte o treinta años en las que no nace ni un
solo niño (a principios de los años ochenta cerré la escuela de Villalba Alta).
Hay poblaciones heridas de muerte, son la mayor parte y, hay finalmente
poblaciones, las de mayor entidad (Teruel, Alcañiz, Calamocha y Andorra) con
preocupantes síntomas de enfermedad. Un buen General debe atender primero a los
heridos, con preferencia a los leves, dejar los más dañados para posterior
operación y finalmente enterrar a los muertos.
Pero, un estudio concienzudo de la
despoblación en la provincia debe comenzar al menos en el año 1713 (siglo
XVIII) porque, hay abundantes datos y, porque entonces la pirámide poblacional
era la correcta. Estábamos en una época de riqueza por el ganado lanar, los
telares domésticos y la población se regulaba de forma “natural”, básicamente,
con altas tasas de mortalidad infantil y episodios recurrentes de “pasias”
(epidemias). El siglo XIX dispara todos los parámetros. Cae la lana. Se rompen
los mercados y las rutas comerciales con las guerras Carlistas y de
independencia de América. Se desarrollan las primeras leyes sobre la Higiene y
la Sanidad pública. Se produce el Boom demográfico
que llegara hasta finales del siglo siguiente. A principios del siglo XX,
cuando Dolores Romero construye el colegio de San Nicolás de Bari ya se
argumenta, su necesidad, por el hecho palmario de la EMIGRACIÓN en la provincia
de Teruel. Cuando se inauguró la Ciudad Escolar de Teruel, años setenta del
siglo pasado, se decía, no sin razón, que tal complejo educativo serviría para
que los turolenses salieran (emigraran) mejor preparados.
Uno de los argumentos puestos sobre
la mesa, cuando del tema de la despoblación se trata, suele ser el de la
POLÍTICA DE NATALIDAD. Hemos visto, a principios del siglo XX, como la
provincia funcionaba como una base de exportación de jóvenes que no encontraban
aquí acomodo. Hemos visto que en tiempos de Franco, con política de natalidad
(protección a las familias numerosas y premios de natalidad) la provincia se
convirtió en una fuente inagotable de emigrantes. Durante los años sesenta y setenta
más de 90.000 personas abandonan la provincia. Pero, hay una fuerza superior a
las demás (la primera es el trabajo) que hace atractiva la emigración y, ésta es, el gran poder de
atracción de la gran ciudad, el imponente atractivo que el vivir en un laberinto
humano, representa la metrópoli.
El tiempo de poner soluciones al
problema se perdió cuando, a partir de los años cincuenta (50) del siglo
pasado, España pasó de tener, mayoritariamente, una población rural a urbana.
El Régimen de Franco (la dictadura) presumía de haber logrado crear las clases
medias españolas. Las clases medias son las que sostienen al país… las que
pagan la subida de la luz o del butano, las que pagan los impuestos
religiosamente, las que consumen y las que aportan por el IRPF la gasolina que
necesita el Estado. Pero, esta gran operación migratoria que se realizó sin
ninguna planificación dejó las consecuencias que ahora vemos: Una ESPAÑA
INTERIOR AGÓNICA.
Para terminar (no acabaríamos nunca)
una reflexión final. Se trata del caso de Aguaviva en la provincia de Teruel.
Por un momento se pensó que la inmigración iba a ser la panacea, la piedra
filosofal de todos nuestros males. Pero, Aguaviva, bien se vio, no era más que la
cabeza de puente de los emigrantes argentinos para marcharse luego a las zonas ricas y pobladas de las costas españolas.
Así pues, como el ser humano es
diverso, diversas deben ser las soluciones para este problema y también,
recordar, que si las comunicaciones han facilitado la emigración, también, las
comunicaciones, pueden facilitar el retorno. Pero hay un principio universal:
cada uno debe vivir donde quiera. Por ello, hacer atractivo un lugar es la
mejor manera de atraer y asentar a la gente.
*
TABLAS
*
UNA CONSTANTE HISTÓRICA
*
***
**
*
**
*