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martes, 9 de diciembre de 2014

Diciembre2014/Miscelánea. LA NAVIDAD EN NUESTROS PUEBLOS

¡VIVIR EL TURISMO RURAL!
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De nuevo tenemos por delante las vacaciones de Navidad. Puede ser cierto que lo del turismo rural funcione y, entonces, sería bueno que parte de nuestras energías y esfuerzos se trasladasen en esa dirección. La sociedad está llena de modas y de rituales. Nochebuena es noche de casa materna. Nochevieja es de casa de turismo rural. A estas alturas las casas de turismo rural de la provincia ya deben de estar comprometidas para el final de año. Con ello, los pueblos, nuestros pueblos, vuelven a sentir el pulso de la vida por sus calles. La provincia ofrece 268 destinos diferentes, pues, 268 son los municipios que posee. Suficientes para acoger a los naturales y a los forasteros que acuden. Con las fiestas de Nochevieja y Añonuevo se inicia el “ciclo de la vida” y los días más largos, sobre todo a partir de febrero, darán espacio para la exploración de mundos y culturas diferenciadas en tan escueto espacio. Cada pueblo tiene su peculiaridad, su idiosincrasia, su carácter genuino en las cosas y en las gentes. Iglesias, ermitas, fuentes, senderos, parajes, peñas, bosques, leyendas e historias verdaderas o no, asaltan al visitante en un espacio fácil de abarcar. Con un riquísimo patrimonio arquitectónico, unos, o con una naturaleza exuberante o agreste otros y, en todos  los casos, con buenísima gastronomía (palabra de Gachero). Desde la suavidad de los prados en los Montes Universales, a las cresterías del Maestrazgo, la provincia da mucho de sí y hay que saber venderla con el debido crédito y solvencia. Jamón, aceite, queso, melocotón, azafrán, embutidos, mermeladas, mazapanes, pastas, licores, vinos, conservas, etc., etc. darán satisfacción al visitante más exigente y motivos para volver. Porque, a pesar de todo, la gente pide un trato afectuoso, pero sin afectación. Una trato natural como sólo sabe darlo la gente del pueblo.
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