EXORDIO
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Dice Emilio Gastón en el “Exordio”
de este pequeño libro publicado por el Justiciazgo que: “En un lugar ignoto de
las montañas de Teruel, en un desván de olvidos y recuerdos, largos años
cerrado con la llave perdida, y en un armario polvoriento, se encontró el
manuscrito más antiguo, en romance,
de los Fueros de Aragón.”
Algunas de las cosas que dice aquí Emilio Gastón
derivan de escribir del siglo XIII con la mentalidad del siglo XX. También, de
escribir desde el ombligo del oasis zaragozano: fuera de Zaragoza sólo hay
pardina. Miravete de la Sierra puede parecer un lugar ignoto (no conocido ni
descubierto) a los ojos de un zaragozano de hoy día pero, desde luego que no lo
era, para la Casa de Ganaderos de Zaragoza. Pudiera ser ahora ignoto este pueblo ya famoso, según adelanta la publicidad televisiva, porque “nunca pasa nada”. Pero ni Zaragoza ni Valencia son hoy lo que
eran en la Edad Media y desde luego Miravete
de la Sierra, tampoco. La zona
costera levantina estuvo sin un desarrollo económico importante hasta mediados
del siglo XIX. El puerto de Valencia no se desarrollaba comercialmente y lo
mismo le sucedía a la población costera que sufría los ataques de los piratas musulmanes
con el apoyo de los moriscos (de religión musulmana) del interior. Esta es la causa de su expulsión:
permanecían en la fe de Mahoma y en la Guerra
Santa. Esto no nos puede asombrar hoy día con la puesta en escena del
Estado Islámico en Oriente Medio. El primer eje comercial entre Valencia y Teruel
se realiza en 1901 con la construcción del Ferrocarril Central de Aragón, hasta
Sagunto. En el año 1907 el señor don Ramón de la Sota que compra las minas de
Ojos Negros tiene que construir el puerto de Sagunto, hasta entonces, apenas
unas tablas para pescadores. La región levantina, conquistada en el siglo XIII,
permanece estanca hasta finales del siglo XIX. Durante la Edad Media y la Edad
Moderna hasta el levante bajaban los de Miravete de la Sierra con sus ganados a
trashumar en invierno. Subían en primavera para esquilar el ganado y
confeccionar los paños. Miravete está muy cerca de Villarroya de los Pinares en
plena Ruta de la Lana, en el río Guadalope, posiblemente el río más culto de Aragón.
La Ruta de la Lana o camino de los Pilones que por aquí pasa era el verdadero eje
económico de todo el Sistema Ibérico desde Daroca, Molina y Albarracín hasta el
mar Mediterráneo. Esta Ruta, que en parte ha sido declarada BIC (Bien de Interés
Cultural), no ha sido estudiada, pero sí sistemáticamente ignorada, por los
historiadores en general. Es algo muy común en las cátedras de la Universidad
de Zaragoza: MIRARSE EL OMBLIGO. Lo mismo le sucede aquí a Emilio Gastón, todo
lo que está fuera de la “gusanera” es ignoto.
En la Guerra Civil (36-39) la II República quemó importantes archivos de esta zona, que demostrarían, de
permanecer, que esto no era el “culo del mundo”. Sin ir más lejos ahí está el importante
archivo de Mosqueruela, en un lugar del que podría decir Gastón que es: “MÁS
IGNOTO, SI CABE”. Sobre ambos archivos, Miravete de la Sierra y Mosqueruela,
trabajó Gargallo.
La producción de lana y la confección de diferentes paños, fue la base económica de estas tierras cuyos habitantes nos dejaron importantes obras de arte religioso y grandes casas señoriales, herencia (lo que no se quemó), de unos tiempos más prósperos para los turolenses.
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Edita: El Justicia de Aragón
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Ruta de la Lana o Camino de los Pilones cerca de Miravete de la Sierra.
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