PODEMOS Y
EL SOCIALISMO
Habrá un tiempo futuro en que el hombe aspire primordialmente a una nivelación intelectual por encima de una, nivelación social, tan en boga hoy. Al hacer Podemos, bandera de tan arcaicos planteamientos, nos retrotrae al Socialismo del siglo XIX
*
Una ideología es un sistema
codificado de ideas sistematizadas de carácter intelectual, cuya puesta en
práctica, da/daría solución a las necesidades del hombre desde que nace hasta que
muere, incluso más allá (en la otra vida). Apenas son dos las grandes
ideologías que han funcionado en el mundo occidental y una sola la que ha
tenido éxito durante un largo periodo de tiempo. Pero ahora, estamos en la era
del Socialismo, de una arrebatadora e incontenible ansia del hombre por la
igualdad material. Por ello, desde la caída de antiguo régimen y
particularmente desde el siglo XIX hasta la fecha, ha habido en Europa y en
España una verdadera lluvia de acciones concretas que pretenden hacer triunfar
de una vez por todas el Socialismo. Básicamente, el Socialismo se ha
desarrollado a través de tres praxis: ANARQUISMO, COMUNISMO Y LA SOCIALDEMOCRACIA.
El TROSQUISMO, de carácter más teórico que práctico, no ha tenido todavía su
oportunidad.
El anarquismo tuvo su momento entre 1936 y
1939 con la Comunas Anarquistas del Aragón Oriental. Un experimento
revolucionario respaldado en principio por la II República Española a través del Consejo
de Aragón y cuyo presidente fue Ascaso. El Gobierno de la II República revocó
finalmente el Consejo de Aragón. Los Consejos revolucionarios crearon moneda,
colectivizaron la tierra, quemaron las iglesias y los archivos (tanto civiles
como eclesiásticos) y mataron a los curas y a los ricos del pueblo que no
pudieron escapar. Se trataba de crear una sociedad nueva, sin papeles, sin
títulos de propiedad, sin religión y sin familia. Era una revolución que iba de
abajo arriba, la base proletaria alcanzaba al patrón, al propietario, al
capitalista y lo eliminaba. A partir de ese momento no habría explotación “del
hombre por el hombre”, cada individuo aportaba su fuerza de trabajo y recibía
según sus necesidades. La teoría estaba meditada y difundida por grandes
pensadores desde el siglo XIX. La puesta en práctica del Comunismo y de la Socialdemocracia
ha sido más conocida por la mayor parte de la población.
A día de hoy el Anarquismo y el
Comunismo arrastran fracaso tras fracaso y, a pesar de todo, se ensayan
sistemas mixtos. La Socialdemocracia, pregonada sobre todo por Suecia, tiene
sus altibajos en razón de que se nutre de las materias primas del país, si éstas
están nacionalizadas, y del sistema liberal-capitalista para llenar sus arcas
hacendísticas y acudir en ayuda de las clases desfavorecidas.
Pero si el Socialismo ensaya
nuevos métodos y estrategias, no menos dispuesto está el Capitalismo para hacerle
frente. El Capitalismo controla el dinero, las patentes, los entramados empresariales y financieros. Controla el petróleo y la tecnología que lo desarrolla. Ejemplo de esto último es Venezuela, un país rico en petróleo que tiene instalada la Cesta Básica,
vamos, nuestras famosas Cartilla de Racionamiento tras la Guerra Civil
(36-39).
Siguiendo con Venezuela puede
observarse la osadía de querer exportar su fracasada revolución aún teniendo
ellos grandes necesidades básicas. Una revolución que elimina a la oposición
política e instala un sistema de economía comunista. La base del poder que
ostentan los revolucionarios bolivarianos, está en la propaganda de carácter primario,
que señala que hay que eliminar al rico y repartir entre los pobres todo lo que
tienen. Seguramente, montones de individuos de clases desfavorecidas se apunten
a tamaño chollo.
De abajo arriba, es la clave de
esta revolución populista que cala bien entre aquellos jóvenes que nada tienen
que perder y de otros que pueden ganar mucho, si se colocan en primera
instancia, como líderes del movimiento que nace. Acabar con el capital y acabar
con los empresarios. Después, la revolución nos proveerá a todos, de todo lo
necesario.
En los pueblos de Teruel, en el
año 36 del siglo XX, llegó la revolución de “abajo arriba” los miembros
del Comité Revolucionario Local, cuando entraban en los pueblos mandaban a sus
gentes entrar en las casas de los ricos. Bajaban a la calle o a la plaza del
pueblo las “tenajas” llenas de longanizas, lomo y costillas, los chorizos de
las trancas y los perniles que se secaban en el granero. Sentados en el suelo
metían la mano en las “tenajas” y comían los tronchos de longaniza con descarada
golosina. Tras este pantagruélico festín y hecha la revolución, había que
seguir el día a día. Hubo pueblos de Teruel en los que empezó el Comité Local
con 2.000 cabezas de ganado comunal y para cuando se acabó la revolución no
quedaba ni una oveja ni media.
De abajo arriba (Podemos)
pretende acabar con el Capitalismo. Pero, ¿cómo? El dinero que hay en los
bancos es de las clases medias y los beneficios de ese dinero lo tienen a buen recaudo
los “capitalistas” en paraísos fiscales. Si no somos más inteligentes que eso y
sabiendo que el sistema administrativo español necesita financiarse cada año
con alrededor de 120.000 millones de euros (sanidad, escuelas y pensiones).
¿Quién nos los prestará? No será ese capitalismo al que pretenden, luego, no
devolverle el dinero. ¡Vamos, una locura que nos puede salir cara! De igual
manera pasa con las multinacionales españolas (Telefónica, Repsol…) si se
nacionalizan es la ruina para la compañía y un grave problema financiero para
el futuro de España. Si los mercados internacionales pierden la confianza en
España, tenemos otro grave problema añadido. Todo eso unido a que piden la independencia
de Cataluña y del País Vasco completa un programa político hecho a medida de
unos descabezados.
A no ser que todo sea, entonces, de color de
rosa y nos repartamos todo entre todos equitativamente como hermanos o camaradas, tras darnos muchos besos y
abrazos.
Nuestra propuesta no es revolucionaria sino reformista. Avancemos con paso firme para que la corrupción no sea posible y los recursos naturales y humanos redunden en beneficio de una sociedad cada vez más libre e igualitaria. Una sociedad que premie y promueva la investigación el esfuerzo personal y la iniciativa propia, amen de los DERECHOS HUMANOS firmados por la ONU.
Nuestra propuesta no es revolucionaria sino reformista. Avancemos con paso firme para que la corrupción no sea posible y los recursos naturales y humanos redunden en beneficio de una sociedad cada vez más libre e igualitaria. Una sociedad que premie y promueva la investigación el esfuerzo personal y la iniciativa propia, amen de los DERECHOS HUMANOS firmados por la ONU.
*
*
*