MANIFIESTO POR LA VIDA
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Recorro los caminos esteparios
del sueño por esconder tu risa y ocultar las miradas de los ángeles malos y las sierpes
malditas que socavan entrañas los días de ventisca. Y…, a veces me detengo a
contemplar ingenuo, como tejen la vida los hilos delicados de tus tiernas
manitas. Busco por la ciudad, en las noches con luna, los harapos que dejan las
tormentas etílicas. Salgo de las umbrías a las playas desiertas para encontrar,
en su honda amplitud, la distancia perfecta con que ver conjugarse el alfa y el
omega. Os cuento lo que he visto y la vida que espera al volver una esquina o
al socorrer a un naufrago. Tras una larga vida, me acojo a la dulzura de una
simple mirada y una sonrisa tierna. Lo que he visto os lo cuento, son cosas
bien sencillas, de sonrisas, de pájaros, de colores y olores, de ver pasar los meses y renovar la
vida:
He sentido el gorjeo bullicioso de los
gorriones en la calle Soria. He visto explotar las yemas de los almendros abriéndose
en flor en la huerta de Teruel. En los parques, las parejas tumbadas sobre el césped
gustan de la melancolía amorosa. Es primavera, y lo es, porque la vida sale a
nuestro encuentro y lo hace desplegando su panoplia de colores, olores, sonidos y sensaciones.
Levantas la cara al cielo y en la lluvia fina y fría que te salpica el rostro
te reconoces vivo. Mientras, las húmedas nubes vierten sobre los huertos el
caudal generoso de su fecundidad necesaria. A veces, quedas ensimismado
viendo la lluvia caer sobre el capó del coche o viendo el resbalar de los
goterones sobre los cristales de la habitación. Pisar los charcos de agua, pasar
la mano con suavidad sobe la hierba mojada, caminar bajo el paraguas mientras
dura el araboque cogido del brazo… todo eso es primavera, todo eso es vida y todo eso es, amor.
También es vida, el minúsculo vuelo de una mariquita que abandona tu mano en
busca de libertad. Primavera es, sin embargo, el curso plateado del río Turia
bajando veloz hacia levante cargado con aguas del deshielo de los Montes Universales.
Es vida, el niño creciendo en el útero de
la madre y es primavera el ver abrir sus ojos a la luz del mundo. Palabras mágicas
que nos rodean y que tenuemente saboreamos, como estas que dicen: VIDA,
LIBERTAD, LUZ, PRIMAVERA y AMOR. Somos y nos reconocemos seres superiores,
hombres, mujeres, apasionados de la vida y capaces de emocionarnos con el vuelo de
una mariposa. Salgamos a la calle sin complejos preguntándonos por la VIDA.
Exigiendo nuestro don y el de las generaciones que vendrán. Manifestando que
somos seres superiores con entendimiento y voluntad. Hombres sensibles y
sensatos rendidos a la pasión de vivir en un mundo de emociones y capaces de prolongarlas en el
tiempo. En nuestro tiempo, en todos los tiempos para todos los seres. También para
el hombre. QUE ASÍ SEA.
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