EL TRABAJO DEL HORTELANO
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El ciclo vegetativo en Teruel, a
unos 1.000 metros de altura, es muy corto. Pasa el huerto todo el invierno sin
actividad alguna, solamente hay que cavarlo o ararlo, luego echar el ciemo/fiemo y
envolverlo. Estamos en los primeros días
de la primavera y el huerto aún permanece sólo, con los ajos y alguna lechuga.
Pasado San José se empezará a plantar la patata y, a medida de que las
posibilidades de helada sean menores, el resto de productos de la huerta. No
hay que correr mucho, sin embargo los hortelanos se han inventado múltiples
artilugios para evitar el mayor peligro que amenaza al huerto hasta mayo: las
heladas. Luego en apenas tres meses va todo y los calores espigan las ensaladas (lechugas) rápidamente. Cuando el huerto está en pleno funcionamiento dicen los hortelanos
que: tiene miedo. Quieren decir que hay que estar todos los días en él, haciendo una
faena u otra: regar, entrecavar, sulfatar, poner cañas, atar las plantas, hacer
barderas para las tomateras, etc., etc.
En estas fotografías vemos
algunos huertos de Teruel en los que se están preparando los caballones para
plantar los diferentes productos, según venga el tiempo.
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Campo femado y haciendo caballones.
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LA TRADICIÓN HORTELANA
Desde la fundación de Teruel, la
base del sustento de sus gentes era, sobre todo, el huerto y el corral. La
caza, la pesca y las salazones, constituían otro recurso añadido. Las ovejas
eran productoras de lana y sólo se
las mataba para la alimentación cuando eran viejas (apenas producían ya lana) o
modorras, se volvían locas. Matar masivamente para la alimentación, a los
corderos, es una práctica reciente que proviene de la necesidad de carne en el
periodo de autarquía económica en España (1945-51) y años siguientes. De esta
manera aparece el “ternasco de Aragón” (carne autóctona y barata) algo que
durante siglos fue prohibitivo. El principal consumidor de cordero ha sido el
proletariado catalán (la mayor parte emigrante) de la posguerra y el descenso de
su consumo comienza con la recuperación del comercio exterior y el
abaratamiento de la ternera (que además no tiene hueso). Actualmente, en periodos de crisis se recupera
algo el consumo de cordero.
Para cultivar un huerto apenas
era necesario un pala de cavar y una legona. Al huerto medieval tenemos que
quitarle los productos que vinieron de América: patatas, maíz (panizo), tomates,
pimientos, calabazas, judías, girasol y boniato. Fuera de Teruel otros como: tabaco, cacahuete, batata,
vainilla, aguacate, piña, chirimoyas… En los pueblos turolenses donde había río
se cultivaba una huerta y, donde no había río, se hacían “cerraos” junto a la
fuente. Los términos municipales no estaba deslindados y todo estaba sujeto al
pastoreo. Cada pueblo se reservaba una dehesa (bolaje o boalar) de pastos de
uso exclusivo. Las dehesas han sido objeto de disputas permanentes entre
pueblos vecinos. El amojonamiento de los términos municipales y creación del catastro
han sido tareas de los dos últimos siglos en España.
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Ajos y lechugas.
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COPLAS POPULARES
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Desde que te fuiste, Pepe,
el huerto no se ha regado,
la hierbabuena no nace
y el perejil se han secado.
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Este campo no se dedicará a huerto, aquí se hará un cultivo extensivo (quizás panizo).
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COPLAS POPULARES
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Yo se lo pedí a mi novia
y venía de regar;
ella me dijo: Tunante,
fresco lo quieres pillar.
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Tablas de labor en la huerta de Teruel.
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Hasta el día que te cases
que nadie pueda decir
que ningún mozo del pueblo
te ha regado el perejil.