Muy desconocida resulta nuestra
provincia, también, para sus habitantes. Surge el desconocimiento por la carencia
de una red de comunicaciones propia que articulase su propio territorio. Cuando
Teruel se convierte en provincia con los decretos de Javier de Burgos, en los
años 30 del siglo XIX debió, pero no lo hizo, organizar su propio territorio.
Entonces, el camino más importante de la provincia era el que te llevaba de
Teruel a Cantavieja-Castellote-Calanda-Alcañiz. Ahora, a principios del siglo
XXI, todavía queda un tramo (Cantavieja-Mirambel) sin concluir. Esta falta de
organización y de comunicaciones hizo que aquí se asentara el carlismo y se
sintiera como en su propia casa. A su vez, las guerras civiles del siglo XIX
ocasionaron una desestructuración económica y social de dimensiones y
consecuencias, todavía latentes. La provincia vino a menos, la emigración del
siglo XX (más de 70.000 personas en dos décadas) y la falta de comunicaciones
hizo el resto. Teruel no reaccionó hasta finales del siglo XX y cuando lo hizo
ya era tarde. Los discursos en el Congreso de Madrid de los Carlos Castel en la
época de la restauración borbónica, tampoco sirvieron de mucho. Teruel, en 1901,
es la última capital de provincia en llegar el ferrocarril y será, también, la última
provincia a la que llegue una autovía.
Es pues Teruel una provincia
desestructurada y de grandes contrastes. Grandes zonas desérticas y ciudades minúsculas: Alcañiz (16.424), Albarracín (1.102) y Teruel (35.841). Tiene sin embargo un patrimonio, artístico,
cultural y natural nada desdeñable. Las riquezas que le dejó a la provincia, el
olvido y las guerras civiles, bien pudieran ser ahora explotadas racionalmente
para beneficio de sus sufridos pobladores. Teruel fue industrial, ya lo dijo
Asso y Ponz. Fue minera, ya lo dijo Domingo Gascón. Conquistadora, ya lo dijo Jaime
I. Maestra en el arte de la guerra (siete laureadas de San Fernando), de la caza (arqueros de Castellote), de la pintura (Artesonado de la catedral o modernamente, Luis Berdejo Elipe), de la pluma (Humanistas Alcañizanos), de la
arquitectura (Martín de Aldehuela), de la costura (Pertegaz), de la música (Antón García Abril y Gaspar Sanz), pionera en el cine (Chomón y Buñuel, Maenza), etc., etc. La hollaron,
primero que nadie, lo más grandes dinosaurios de Europa, luego fueron celtas, fenicios, cartagineses,
romanos, árabes y gentes provenientes de todo el norte peninsular. Del paso de los dinosaurios
quedan huellas (ignitas) en el suelo. El hombre, sin embargo, las dejó en las
grandes obras de ingeniería (acueducto romano de Albarracín-Cella), la
arquitectura y el arte. Costumbres y tradiciones permanecen, a pesar de la
despoblación, vivas en muchos rincones de nuestra provincia.
Se sorprenderá el viajero de que
en el más minúsculo pueblo de apenas dos docenas de habitantes, encuentro
magnificas obras del arte y de la arquitectura en sus iglesias, casas consistoriales y ermitas. Todo
ello fruto de un pasado que aquí siempre se piensa más halagüeño que el
presente. Conocer la provincia lleva su tiempo pues está llena de rincones y
vericuetos. También hay que tener paciencia, pues hay que ir al sitio adecuado
en el momento preciso, piénsese por ejemplo a una romería: La Estrella, El
Llovedor, la Fuensanta, La Langosta, etc.
Desde cualquier vértice de la provincia,
el viajero curioso quedará satisfecho y regalado si viene con el afán de
conocer y compartir, y no con el ansia del turista comeimágenes. En ente blog
ya llevamos publicadas miles de fotografías de la provincia y no hemos hecho más
que empezar. Os invitamos a seguir con nosotros el paseo por nuestra tierra: no
os defraudará. Tampoco lo hará el jamón, el aceite, el melocotón, el ternasco, el pan de pintera y la cañada, el azafrán, el queso, los escabeches, el vino...
Hablaremos de personas: Alfonso II de Aragón (fundó la ciudad), Domingo Celadas, Marcilla, Segura, Azagra, el Papa Clemente VIII (Sánchez Muñoz), Francisco Peña, Jaime I de Aragón (conquista Valencia desde la Ruta de la Lana), Francés de Arada, Pedro IV de Aragón (título de ciudad), Alfonso V de Aragón (Cortes en Teruel), el Juez Villanueva, Martín de Aldehuela, Gabriel Yoli (enterrado en la catedral de Teruel), Pierres Vedel (enterrado en Albarracín), Domingo Andrés, Palmireno, Ruiz de Moros, Yagüe de Salas, Francisco Mariano Nipho y Cagigal, Cabrera, Marco de Bello, Pérez de Prado (seminario, custodia,...), Carlos Castel (padre e hijo), Isidoro de Antillón, Vicente Pascual, Braulio Foz, Padre Piquer, Andrés Piquer, Ripalda, Francisco Tadeo Calomarde, Víctor Santos Pruneda, Domingo Gascón, Pablo Serrano, Buñuel, Chomón, Artigas, Loscos, Pardo Santrón, Zapater, Bernardino Gómez Miedes, Sobrarías, Catalán de Ocón, Matías Abad, Villarroya, Anselmo Polanco, Pertegaz, Luis Sixto Berdejo Elipe, Santos Abril, Antón García Abril, Gaspar Sanz, Eloy Fernández Clemente, Gonzalo Borrás, Carlos de la Vega y Luque, Damián Iguacén Borau, Conrado Guardiola, Almagro, Jaime Caruana, Ángel Alcalá, Purificación Atrián, Pizarro... y un largo etcétera.
Hablaremos de personas: Alfonso II de Aragón (fundó la ciudad), Domingo Celadas, Marcilla, Segura, Azagra, el Papa Clemente VIII (Sánchez Muñoz), Francisco Peña, Jaime I de Aragón (conquista Valencia desde la Ruta de la Lana), Francés de Arada, Pedro IV de Aragón (título de ciudad), Alfonso V de Aragón (Cortes en Teruel), el Juez Villanueva, Martín de Aldehuela, Gabriel Yoli (enterrado en la catedral de Teruel), Pierres Vedel (enterrado en Albarracín), Domingo Andrés, Palmireno, Ruiz de Moros, Yagüe de Salas, Francisco Mariano Nipho y Cagigal, Cabrera, Marco de Bello, Pérez de Prado (seminario, custodia,...), Carlos Castel (padre e hijo), Isidoro de Antillón, Vicente Pascual, Braulio Foz, Padre Piquer, Andrés Piquer, Ripalda, Francisco Tadeo Calomarde, Víctor Santos Pruneda, Domingo Gascón, Pablo Serrano, Buñuel, Chomón, Artigas, Loscos, Pardo Santrón, Zapater, Bernardino Gómez Miedes, Sobrarías, Catalán de Ocón, Matías Abad, Villarroya, Anselmo Polanco, Pertegaz, Luis Sixto Berdejo Elipe, Santos Abril, Antón García Abril, Gaspar Sanz, Eloy Fernández Clemente, Gonzalo Borrás, Carlos de la Vega y Luque, Damián Iguacén Borau, Conrado Guardiola, Almagro, Jaime Caruana, Ángel Alcalá, Purificación Atrián, Pizarro... y un largo etcétera.
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Otros hombres se enamoraron de nuestra provincia y aquí, descansan para siempre. Fue el caso del gallego Víctor Pruneda Soriano, comandante de la Milicia Nacional, firmemente defensor de la república, creador y director del periódico titulado "EL CENTINELA DE ARAGÓN", que luchó bajo la bandera roja y amarilla contra los ataques del general Marco de Bello en 1874..
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