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viernes, 16 de agosto de 2013

Agosto2013/Miscelánea. BIENVENIDOS AL PUEBLO DE ALPEÑÉS


Un pueblo pequeño (25 habitantes) es como una casa grande: una familia. En Alpeñés nos recibieron desde la puerta de la iglesia y nos distinguieron por el olor a forastero que traíamos.  Me gustan los pueblos pequeños, mi Almohaja natal tiene 28 habitantes. A los pocos momentos de estar en el pueblo ya conocíamos a casi todos los vecinos y a casi todos los “veraneantes”. Lo sabemos bien, desde hace algún tiempo a esta parte la gente se ha vuelto desconfiada, entre otras cosas, por los robos. En Alpeñés todavía hay quien deja la llave en la puerta de casa. Pero nosotros lo primero que hacemos es identificarnos. Soy fulano de tal, vengo de tal sitio y trabajo en tal. Es bueno también presentar a la persona que te acompaña y sobre todo dar referencias. Luego todo es muy fácil y efectivo, entonces la gente se abre rápidamente. Coincidió que también conocíamos al cura. Al final de la visita ¿cómo no vas a tomar una cerveza en el bar? Aquí, como en Villalba Alta, es autoservicio. La gente se sirve y paga lo que ha consumido: “nunca ha faltado un duro”. ¡Es verdad! El pueblo es fácil de interpretar. Monocultivo del cereal, ganado y caza. Es necesario tener un buen arcón frigorífico o dos y leña para el invierno. Más importante que el médico es el coche. A veces se vive a caballo entre Teruel y el pueblo. Para las fiestas bulle el pueblo y para la romería más aún: San Lamberto y la Virgen de la langosta que nos cuiden por muchos años.
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