ALFARERÍA Y CERÁMICA DOMINGO PUNTER
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LA POLÉMICA SOBRE EL ARTE MUDÉJAR
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De acuerdo con su definición, Mudéjar
es aquel musulmán al que le es permitido quedarse y, siendo musulmana aquella
persona que profesa el islamismo, tenemos que, esta definición, no se refiere a
otra cosa sino a la religión en la que milita un individuo, es decir, a su
ideología.
Así pues, en Teruel, antes de su
conquista cristiana debió haber musulmanes, de los contrario no hubiera habido mudéjares
(pues no hubiera habido lugar a permitírseles quedar). Estos mudéjares no
inventaron ninguna modalidad de arte, por el contrario siguieron construyendo
según el modelo árabe/musulmán. Por lo tanto, era más acertada la antigua definición que
se daba a algunas torres de Teruel llamándolas: TORRES MORAS o hechas al estilo
de los moros, al estilo árabe del Califato de Córdoba mezclado con el arte
gótico cristiano. En Teruel hay dos casos claros de torres "moras" se trata de las torres de San Martín y del Salvador.
Hay quien opina que no solamente
Teruel (en este caso) recibe la influencia “mora” sino que en la torre de la
Catedral (Torres Balbás) señala ya la influencia bizantina según vemos en el
siguiente escrito colocado debajo y firmado por Santiago Sebastián.
Pero, de seguir al pie de la letra la
definición de arte mudéjar, es decir, aquel que realizan los mudéjares,
llegados al siglo XVII desaparecen los mudéjares. En el año 1609 son expulsados
los moriscos (que comprendían también a los mudéjares) y aquí, en Teruel, se
hacen cargo de los alfares gentes venidas de Talavera de la Reina y de Puente
del Arzobispo. Así pues, toda obra hecha a partir de esta fecha deja de ser
mudéjar, por definición, aunque sí, puede tener referencia a lo árabe o musulmán.
Con todo, la cerámica de Teruel tiene
otro momento crítico en la Guerra Civil (36-39) al desparecer por completo.
Después de la guerra los alfareros turolenses se dedicaron a hacer tejas y
ladrillos pues, había toda una ciudad por reconstruir. Tras unos años
desaparecida la cerámica, es Novella quien marcha a Muel a aprender la técnica
y comienza con Hernández y Azuara su recuperación. Las placas de las calles Amantes,
Yagüe de Salas y otras localidades como Villel, llevan la firma de Novella. Se
empieza a firmar las piezas, cosas que antes no se hacía. Por esta razón las
piezas antiguas son difíciles de datar y solamente cuando aparecen en un
estrato arqueológico se puede dar una fecha.
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MEDIADOS DEL SIGLO XIII
La Torre de la catedral de Teruel
El tercer cuerpo, o campanario, carece
de esquinales pétreos; todo es de ladrillo, menos los maineles o columnas de
los ventanales, típicamente románicos. Primeramente hay tres líneas de azulejos
cuadrados, colocados a pico; como la iglesia de Santiago de Daroca, ostenta
sendos pares de ventanas, en dos zonas, con manchón central de separación.
Estos ventanales están inscritos bajo arrabá y amainelados, con arcos
trasdosados por línea de platos de cerámica; predominan los colores negros y
verde melado, que acentúan la policromía del conjunto. Este material decorativo
tiene elevado interés por ser la primera vez que se usa en España con tal fin,
lo mismo que en los campanarios de Daroca. TORRES BALBÁS opina que responde a
un influjo bizantino, llegado a Aragón a través de Italia (2). Una línea de
azulejos a pico y de platos de cerámica, en alternativa, sirve de remate. Tras
de una cornisa seudo clásica se laza el último cuerpo, que es una linterna
octogonal, probablemente adición del siglo XVII; este tardío aditamento debería
ser derribado, ya que es un contrasentido artístio¡co.
(2) TORRES BALBÁS, L., La iglesia
de Santa María de Mediavilla. Archivo Español de Arte. Madrid, 1953. La
arquitectura mudéjar en Aragón. Archivo Español de Arte. Madrid, 1952
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LA CERÁMICA AZUL DE TERUEL
La expulsión de los moriscos
Todo comenzó con el decreto de
expulsión de los moriscos fechado, el 9 de abril de 1609. Sin embargo, esto no
supuso el fin de la cerámica decorada en Teruel. Por el contrario, a partir del
segundo cuarto del siglo XVII tiene lugar la llegada de nuevos alfareros y de
nuevas modas a Teruel. Se trata de nuevas formas de decorar procedentes de los
alfares de Talavera de la Reina y Puente del Arzobispo. Se mantienen en la
ciudad los tradicionales colores verde y manganeso y se incorpora un nuevo
color, el azul. Con todo, se da algún caso aislado de policromía en verde,
morado y azul. Los Hermanos Górriz mantuvieron, también, en su producción de
cerámica decorada una línea de color azul. Esta serie de menor entidad, en
cuanto al número de objetos fabricados, es la que aquí presentamos. La
expulsión de los moriscos supuso un enriquecimiento de la técnica y de la
variedad en la producción de cerámica turolense.
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