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martes, 13 de diciembre de 2016

Diciembre2016/Miscelánea. ESPACIOS NAVIDEÑOS DEL CASCO HISTÓRICO. POR QUÉ NO DEBEMOS TENER COMPLEJO AL CELEBRAR LA NAVIDAD.

LUZ Y RAZÓN
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En estos días de diciembre hemos hecho a través de diversos spot, en este blog, un repaso a la iluminación navideña del casco histórico y, también, a la disposición con que algunos particulares han iluminado las tiendas y las fachadas de sus casas o negocios. Por lo que respecta a la parte que corresponde al Ayuntamiento, la mayor y fundamental, en conjunto cabe decir que ha sido, rala… raquítica. Existe, es evidente, un complejo por mostrar una parte de lo que es nuestra cultura esencial de raíz Judeo-Cristiana y, también, por no ser criticado por ello. Parece como si nuestras convicciones esenciales estuvieran en retroceso, a la retirada, tras muchas críticas infundadas. Por eso se hace necesaria, siquiera, una reflexión. Y esta reflexión es muy sencilla.
De todos los países del mundo y sus áreas geográficas, en el lugar en el que se ha dado con mayor y con más clarea nitidez el desarrollo de la cultura y la ciencia, el mejor desarrollo de los derechos del hombre, la creación del humanismo, de racionalismo y de los conceptos de orden, progreso y respeto a la naturaleza ha sido, en la cultura de raíz Judeo-Cristiana. Deberemos criticar la parte en la que nuestra cultura se ha involucrado en guerras y colonialismos. Pero, también, es evidente, la gran aportación a la cultura universal. Hoy, en el planeta, todos tratan de homologarse a este modelo con más o menos eficacia. Desde China a Rusia y desde Sudáfrica a los países árabes todos tratan de incorporarse a la economía libre de mercado y al humanismo cristiano. Democracias parlamentarias, progreso económico, derechos individuales y colectivos, Hábeas Corpus, etc., etc.… son creación de nuestra cultura y objeto envidiado por todos los pueblos del mundo. Son pues, estos, fundamentos esenciales de nuestra tradición occidental, de la que ahora, parecemos avergonzarnos y  seguro que lo es por falta de información o de formación.
Pongamos pues, luz y razón, a lo que verdaderamente importa y de lo que debemos sentirnos, con razón orgullosos. Y pongamos, también, luces en nuestras calles para manifestarlo.
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