EL PAJAZO DEL HOCINO O EL HOCINO DEL
PAJAZO
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Fue llegar a aquella mole inmensa, a
aquella masa dura y brutal, a aquel enhiesto y firme puntal de gloria y
preguntarle a Pedro, nuestro guía. Y bien, cómo dices que le llaman a “esto”… ”Hocino
del Pajado”, dijo sin titubear un instante.
Quedose por un tiempo en la primera parte del topónimo no sin cierta curiosidad
y, en no sabiendo bien cuál era su significado exacto, trato de cambiarle la primera
letra por otra que estuviera más acorde con lo que imaginaba y se veía venir en
la segunda parte: Pocino, Tocino, Cocino, Focino, Jocino, Rocino, Bocino… Así
estuvo un buen rato rascándose la cabeza y estrujándose los sesos, buscando
raíces, lexemas, fonemas, morfemas y repasando la gramática que aprendió de niño en el
Pobo. Con todo, no acababa de entender bien su significado. Así que, decidió de
nuevo, importunar a nuestro guía que ya empezaba a mosquearse con tanta
preguntita. Así que… le dijo nuestro amigo… Pedro, a ver, qué dices que
significa PAJAZO. Los ojos de Pedro se abrieron como platos y, en el grupo expectante
de los Gacheros, la carcajada fue sonora. Fuera lo que fuese. Si fue un lapsus lingüe, o
quizás, el subconsciente que a veces te traiciona. Nuestro amigo quiso poner
fin al enredo y anunció solemnemente: “GACHEROS A LA MESA”.
Pero, en el fondo, había un runrún que
no paraba de radirle el cerebro y
este día no estuvo en lo que se celebraba. Así que, probó todos los platos, a
todos les dio la Ganchada… pero sin interés, sin ánimo… como ausente… con la
mirada laxa... como perdida en no se que recuerdos de su adolescencia... del Seminario de Alcorisa… en aquellas duras confesiones con el Padre Ruperto y, luego, aquellas largas reflexiones sobre el misterio de la Castidad... Finalmente quise inquirirle viéndole tan ensimismado. Compañero
Gachero, en qué piensas, en qué tienes puesta tu "prodigiosa" mente. Me dijo rotundo… nada…, no es
nada…, le estoy dando vueltas a la palabra HOCINO.