Esta fotografía la hemos tomado desde la ermita de Santa Bárbara y nos muestra el caserío de Visiedo asentado sobre la llanura del campo de su nombre. Es un terreno despejado y dedicado al monocultivo del cereal cuyas aguas son tributarias del Alfambra. Tiene una población que no alcanza los 145 habitantes en regresión y dista unos 50 kilómetros de Teruel.
El lugar tiene tres áreas de poblamiento definidas, la primera, situada al nordeste, es la que veremos hoy. Por ser la más antigua comprende los retos de una castillo del siglo XIV, una fuente, una estanca y su caserío correspondiente. A mediados del siglo XIX el Madoz le daba 150 casas y no nombra el castillo que ya debería encontrase en la situación comprometida que tiene ahora.
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La casa es la estructura básica de funcionamiento de la economía de este lugar. Hay en Visiedo, casas de muy diverso tamaño y porte, pero casi todas guardan la misma composición. La que hemos colocado aquí de tamaño mediano puede ser el prototipo. Portón de madera de acceso al corral con carro. La parte baja de la vivienda servía también de almacén para piensos, aperos y otros servicios. El corral se asentaba sobre la femera y en los lados, cortes, conejares, gallinero, cuadras... El primer piso es la vivienda propiamente dicha y el granero guardaba el trigo de panificar, el mondongo, la conserva, etc.
Si la casa era de "rango" solía tener una puerta exterior con arco de medio punto de piedra picada, también suelen ser común, dos puerta de acceso, una para las personas y otra al corral.
Casa, cerrada, majada y palomar atienden todas las necesidades para al supervivencia de la familia.
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Para que una población se asiente y tenga éxito es necesario al menos una fuente de agua. En este caso vemos dos, una en el barrio viejo y otra junto a la iglesia (barrio intermedio).
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Un torreón, que también hizo de palomar y unos muros del castillo reflejando su decadencia en la charca, muestran una estampa romántica y todavía de apariencia invernal pese a ser ya primavera.
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Los muros del castillo tienen adosadas parideras, sin las cuales, el deterioro de sus muros sería todavía mayor.
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Primer plano del torreón que mantiene una mayor altura desafiando el tiempo y el abandono.
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Paño del castillo muy deteriorado.
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Las cerradas, llamadas así por estar rodeadas de muros de piedra que impiden que el ganado se coma la verdura tierna, aportan a la unidad familiar alimento vegetal fresco. En Visiedo hay muchas cerradas o cerraus repartiéndose por todo el pueblo y obteniendo el agua de riego de pozos situados en el mismo huerto. Son pocas las cerradas que hoy día se cultivan.
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Estamos en el reino de los palomares. Huevos de paloma y pichones engrosaban lo más exquisito de la dieta de sus habitantes hace ya tiempo.
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Palomares en las casas, en las majadas o en los huertos.
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Construcción tradicional en piedra seca de majada y corral. Desentona la puerta metálica que en su origen sería de madera.
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Por desgracia hay muchas casas que se hunden porque los dueños emigraron hace tiempo.
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