LA LIBERTAD DE VOTO
EN LAS ELECCIONES
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La libertad, Sancho,
es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella
no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la
libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.
Miguel de Cervantes
Saavedra
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La Libertad es, sin duda, uno de
los bienes más sustanciales que poseemos los humanos. Ha sido bandera de todos
los movimientos humanos y de todas las ideologías, bien sea para promoverla y
engrandecerla, bien sea para amansarla o eliminarla. En nombre de la Libertad
se alza el individuo a la guerra, a la revolución o se recluye en la paz y en
la soledad de su retiro. Fue utilizada con profusión por los liberales del siglo
XIX y se utiliza de forma constante por los movimientos marxistas derivados de
la Tercera Internacional para la liberación de los pueblos colonizados. Hay,
pues, una aplicación explícita de la palabra Libertad para casi cada una de las
facetas del individuo. Libertad, en términos absolutos, es una aspiración
irrefrenable del ser humano hacia la liberación de cualquier atadura física o
intelectual que sufra. Sin embargo la Libertad está manipulada, a menudo, y
sufre sangrantes contradicciones. Hay pueblos Libres cuyos individuos son
sometidos a dictadura. Es el caso de Cuba, por ejemplo, cuyo lema es: “Cuba
Libre” (quiere decir independiente), sin embargo, el pueblo sufre una falta
absoluta de libertad.
Pero la libertad que ahora nos
interesa es la que llevó a nuestro paisano Miguel Servet a la hoguera. Murió
Servet en 1553, quemado vivo con leña mojada, 63 años antes que Cervantes.
Mientras que Cervantes parece hablar más de una libertad física, ya que fue
cautivo (batalla de Lepanto) y liberado por los Mercedarios, nuestro Servet habla, al ser “eliminado físicamente para destruir su pensamiento”, de la LIBERTAD DE PENSAMIENTO Y DE EXPRESIÓN.
Y es que ésta (la de PENSAMIENTO
Y EXPRESIÓN), es la verdadera esencia de la libertad y por ello está recogida en
el catálogo los Derechos Humanos del Hombre. La dificultad que tiene “el otro”
de penetrar en nuestro pensamiento es lo que la hace “peligrosa”. Todos los
imperios y todas las ideologías la han perseguido por su asombrosa capacidad de
permanecer imbatida. Para ella inventaron los inquisidores la tortura. Frente a
la imposibilidad absoluta de saber si un individuo ha cambiado de pensamiento
se le torturaba. Esta tortura producía (produce) una gran insatisfacción entre
los torturadores que a menudo, frustrados y desencantados, la llevaban al límite
con la eliminación física del individuo: DANDO MUERTE AL PENSAMIENTO.
Esto le sucedió a Calvino, cuando
miraba de reojo detrás de las cortinas viendo morir quemado a Servet y
comprobando que no expresaba cambio en su manera de pensar. Ahí tenemos dos
mundos, frente a la LIBERTAD de Servet, la tortura, la opresión y la imposición,
del que quiere conformar un pensamiento único para toda la humanidad, para todo
el género humano (una locura de los grandes dictadores, Lenin, Stalin, Mao Zedong, Hitler…).
La LIBERTAD (la de pensamiento,
no tanto la de expresión) es, revolucionaria y peligrosa para las oligarquías,
ya que es un BIEN que posee todo ser humano en el mismo grado y sólo
el individuo poseedor de ella, la tasa, controla y administra. Hay, sin
embargo, quien renuncia a ella con prontitud y acepta el pensamiento del otro.
Toma y acata a ciegas la doctrina de la secta, la asociación, el partido político,
el sindicato… Tendrán con ello vida cómoda, pero no lograrán nunca la categoría
de ser humano superior.
Llegados a este punto conviene
aplicar nuestros principios a la vida política y a la elección de candidato y
voto, en cualquiera de los comicios que se nos presenten. Tenemos aquí otro
tipo de Libertad, la libertad política,
que no es más que el derecho a la existencia y la organización del individuo en
partidos. La libertad de elección y
la libertad de voto. Cualquiera de
las opciones es libre (votar, no votar o votar en blanco), sin embargo, cabe señalar el matiz de la responsabilidad
y el compromiso social que toda sociedad moderna demanda al individuo. Para
tener bienestar (Estado de Bienestar) un BIEN también demandado y querido por
el individuo, es preciso “mojarse” y, para ello, nada mejor que revisar nuestros
principios básicos. Analizar que partido ofrece en la “praxis” mayor grado de
libertad y autonomía personal y social. Quién oferta mayor grado de coherencia
en sus propuestas. Quién ha realizado una trayectoria en el tiempo más firme y
regular. Quién es el que menos ha traicionado a sus principios: quién se ha
corrompido menos….
Pero también, quién ofrece mejores soluciones a las coyunturas (problemas) que plantea nuestra sociedad y la del futuro.
Será necesario deslindar entre los partidos que transitan por el Idealismo y los que lo hacen por el Materialismo Histórico, los que fían en el Creacionismo y los que depositan todas sus esperanzas en el Evolucionismo. Sabiendo que todas las teorías permanecen, a día de hoy, inconclusas y con un cierto grado de incertidumbre.
Pero también, quién ofrece mejores soluciones a las coyunturas (problemas) que plantea nuestra sociedad y la del futuro.
Será necesario deslindar entre los partidos que transitan por el Idealismo y los que lo hacen por el Materialismo Histórico, los que fían en el Creacionismo y los que depositan todas sus esperanzas en el Evolucionismo. Sabiendo que todas las teorías permanecen, a día de hoy, inconclusas y con un cierto grado de incertidumbre.
Seguro que con un buen y reposado análisis,
nuestra Libertad, aunque sufra, se resentirá menos.
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