No sólo hacen destrozos las guerras pues, a veces, las buenas intenciones también hacen sus estragos. En este caso los ayuntamientos, el nuevo y el viejo, pueden verse en las dos fotografías que mostramos. La reforma se ha llevado por delante la preciosa lonja de cuatro arcos de medio punto con columnas dóricas. Suponemos que alguien puede pensar que lo de ahora está mejor. Nosotros adivinamos que no lo puede ni imaginar un argentino, a la vista de Santa Quiteria.
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En Argente conviven, sin solución de continuidad, lo nuevo con lo viejo, lo restaurado con lo reedificado. Una localidad que sufre la despoblación, como toda la comarca, de forma dramática.
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El calvario fue destrozado y sólo quedan los arranques de piedra sillar. Antes de Semana Santa se colocan unas cruces de madera (zona de las eras). Esa tarde el sacerdote y los feligreses rezaron "Las Cruces".
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En toda la llanura es patente la escasez de agua. Esta preocupación hizo que se labraran buenas fuentes con abrevadero y lavadero.
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Virgen del Campo, al fondo Argente.
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