La torre vieja de Ababuj está
necesitada de restauración. La torre de Villarroya de los Pinares sí que ha
recibido la caricia de la paleta del albañil. Ambas torres son muy bellas y son
dos hitos señalados en la Ruta de la Lana. Exentas ambas del templo, pudieron
tener en un principio carácter defensivo y así muestran, sin ambages, su carácter
de fortaleza coronada de almenas. En un futuro se valorará estas fortificaciones
así como la Ruta de la Lana o Camino de los Pilones, ya que constituyen, por su
singularidad, la más atractiva de las rutas de la lana de España. No se puede
competir con el Camino de Santiago, pero en esto, sí que somos la región
española que conserva más singularidad en esta vieja ruta económica y también,
en un principio militar. Teruel debe desarrollar este camino desde Guadalaviar
donde se encuentra el Museo de la Trashumancia hasta la Iglesuela del Cid,
lugar donde hay otro museo textil. Entre ambos sitios, hermosísimas villas y
poblados, fantásticos paisajes, extraordinarios palacios y bellísimas ciudades:
Albarracín, Teruel, Allepuz, Ababuj, Villarroya, Mora, Rubielos, Fortanete, Cantavieja,
La Iglesuela del Cid, etc. etc. Una ruta que vertebraba transversalmente el sur
del Sistema Ibérico y que ahora está, inédita. La plumilla de la primera
ilustración es de Julio Monzón Royo.
*
*
*
*