LUZ, COLOR Y BELLEZA
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Fray Alfredo ha llegado de nuevo
a Teruel para llenar la iglesia de San Francisco y el claustro del convento, de
luz, color y belleza. En primer lugar presentamos la decoración del presbiterio
y el bajo coro. En capítulos siguientes veremos la colección de belenes de
todas partes del mundo. Lo primero que llama la atención es el tratamiento que
realiza del espacio escénico a base de paños y velos, algunos opacos y la mayoría
transparentes. La conjunción de colores y la integración de elementos de
distinta materia, haciendo que el resultado sea grato al ojo y suave a la
sensibilidad del espectador. En esta ocasión el contraste de rojos y negros es rotundo,
junto a una iluminación que pretende llevar la mirada del espectador hacia el
objeto primordial: el Niño Dios. La iglesia sufre una catarsis y se convierte
en un suntuoso portal de Belén. San Francisco, desde el retablo mayor, mira
complacido la obra. Porque, a esta exposición, pueden acercarse todos los
amantes del arte e importa poco la concepción religiosa o no que cada uno
posea. El equilibrio de formas, la proporción de los espacios, la potenciación
de la luz o la profundización en las sombras habilitan un espacio sugerente y
digno de gozarse. Recomendamos acercarse hasta este lugar religioso que guarda
las más puras esencias de la historia turolense en las figuras y restos de nuestros
patronos: Juan de Perusa y Pedro de Saxoferrato.
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Una exposición que mejora cada año.
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