*
“El habla de la Iglesuela del Cid”
es un libro compuesto por Carlos Julián Rochela, patrocinado por el
Ayuntamiento de esta localidad y editado por MIRA EDICIONES S. A. Vio la luz en
el año 1998 con depósito legal (66) de Huesca. Recoge léxico, refranes,
expresiones y frases hechas, jotas, adivinanza, romances y dichos. Todo ello
pretende ser un compendio del patrimonio inmaterial de un pueblo.
El filólogo tiene la misión de describir una lengua.
Con sus informes y sugerencias, los políticos le dan carta de naturaleza en los
parlamentos correspondientes. Todavía es muy frecuente en nuestra sociedad
suplantar a unos y a otros o que, unos y
otros, se solapen entre sí. Ha estado muy clara (esta intromisión y falta de respeto) con la última
ley sobre la lengua aragonesa que se ha aprobado en las Cortes de Aragón. Si
quien define una lengua es el parlamento, expresión de la voluntad popular, ¿por
qué ya ese mismo día son decenas las personas, instituciones, y colectivos los que
salen suplantando e incluso insultando a la mayoría parlamentaria? La razón es
clara, pero penosa, todos somos filólogos y todos somos legisladores. Pero en
este asunto de las lenguas, los partidos se posicionan ideológicamente,
despreciando unos informes y potenciando otros, cuando aquí, tenía que
prevalecer el criterio científico.
Viendo el libro de Rochela uno termina de
convencerse de lo negativo que puede resultar el populismo filológico. En la página 4 del libro dice que: “Queda
prohibida la reproducción total o parcial de este libro…” Nosotros seguimos la obligatoriedad de la
norma a pie juntillas.
*