DEL PÚLPITO A LA PROCESIÓN
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La ideología, esto es, la religión,
ha mantenido unido al pueblo judío por más de 6.000 años. Cando hace 2018 años,
los judíos entregan al líder de la secta de los nazorreos a los romanos para su
ejecución y posteriormente apedrean hasta la muerte a Esteban (su fiesta es el
26 de diciembre), los seguidores de Cristo se quedan sin “pueblo” y sin “doctrina”.
Tienen que iniciar un nuevo camino que les lleve a consolidar un “pueblo” y un "pensamiento" ideológico-religioso. Nace así el Apostolado. La necesidad de llevar la
palabra de Dios al resto de las gentes para constituir un pueblo. Los judíos, por el contrario, nunca han
practicado el apostolado. Tenían todo lo necesario y su sociedad era cerrada.
De esta forma han permanecido miles de años inmutables y contra todos los
avatares y persecuciones (holocausto). Nacías judío y morías judío, eso era
todo.
La religión católica (cristiana) se
ha valido de dos instrumentos para propagar y mantener a su “pueblo” unido en
su fe que sintetizaremos en: el púlpito y la procesión. Lo más importante era
transmitir la “Palabra de Dios” pero, como la inmensa mayoría de la población
era analfabeta, la acción debía ser mediante la palabra-hablada. El “texto-hablado”
era “iluminado” mediante la representación plástica de aquellos sucesos más
importantes de su doctrina. De ahí las procesiones de Semana Santa (punto
culminante de la vida de su líder) y de ahí la vehemencia de las partidos de
izquierda hoy, por prohibirlas.
Los partidos de izquierdas utilizan
los mismos mecanismos que la religión católica, mal que les pese. Hasta los
años 50 del siglo pasado (XX) la mayor parte de la población era analfabeta y
los instrumentos para introducir y aumentar en número de militantes dos: EL
MITIN y LA MANIFESTACIÓN. Con el mitin se alecciona, se ideologiza a la masa y, con la manifestación, toma cuerpo práctico y real el pensamiento recién adquirido.
El arte siempre estuvo al servicio
del poder, de las ideologías. Los grandes artistas los encontramos en el Vaticano o en las catedrales e iglesias. Pablo Picasso es ejemplo del cambio, ahora,
el arte servirá a otra ideología: el Comunismo.
En esta casa del barrio de La Florida
se percibe con total claridad el uso del arte para un fin ideológico. De esta
misma manera todo el barrio de San Julián se ha plagado de murales y textos que pretenden integrar a la población al pensamiento de una minoría. “Una imagen vale
más que mil palabras”.
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