Teruel, museo episcopal
Virgen de la Misericordia y del Patrocinio
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LA EDUCACIÓN INCLUSIVA, LA EDUCACIÓN INTEGRADORA
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Pocas cosas hay por “inventar” o por “innovar” en los sistemas educativos
que en el mundo hay. Cuando apareció el bolígrafo, el humilde bolígrafo
(diríamos hoy), la revolución en la escuela fue total. Muchos decían que iba a
deformar la escritura y se tomó el asunto con precaución. Pero, el bolígrafo
revolucionó la escuela, al menos la escuela del pueblo a la que yo iba.
Ahora superado ya el dilema entre instrucción y educación estamos en la
fase de la “educación inclusiva”. Anteriormente, vivimos en primera persona la “educación
integradora”. Dos conceptos, inclusión e integración que forzosamente tendrán que
ir unidos. Para entendernos, la inclusión es una fuerza dinámica cuyo vector
lleva la dirección que va del sistema educativo al alumno. El sistema debe
acoger a todo el alumnado / a todo tipo de alumnado / a toda calidad y cualidad
de alumnado. Nadie debe quedar fuera del sistema. Mientras que la inclusión es
el vector que camina desde el alumno hasta el sistema. El alumno debe hacer,
aquí, un esfuerzo personal y el sistema apoyar ese esfuerzo.
Estas dos fuerzas convergentes han estado siempre y desde el primer
momento en la práctica de la Iglesia Católica que, por alguna razón, tienen dos
mil (2.000) años de vigencia y a tal efecto habrá que concederles que algo
saben del asunto.
En efecto, San Juan fue el creador de la secta de los nazorreos
(bautizados por inmersión), Jesús fue su gran líder y San Pablo el gran
estratega. Esta pequeña secta judía triunfa porque san Pablo extiende su ámbito
a los “gentiles”. Visto el fracaso manifiesto de la “integración” de los judíos (no hacen el menor esfuerzo por integrarse) en la secta, lo que procedía era extender el beneficio de la nueva religión
(tras el martirio de Esteban) entre el conjunto de los no judíos que, ni más ni
menos eran, el resto de la humanidad. La
nueva religión se hace inclusiva. Admite a todo género de personas, siempre y
cuando se conviertan, ¡claro!
Desde que Constantino y su madre abrazan la fe cristiana y eliminan el
resto de las religiones del imperio romano, solamente queda una vía: la
integración. Como puede comprobarse la integración es un método violento en el
sentido en el que hay que violentar/forzar la voluntad de las personas. A tal
efecto y con posterioridad se adopta un método represivo que no es ni más ni
menos que la inquisición.
Anento
Virgen de la Misericordia y del Patrocinio
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Sin embargo, la Iglesia (institución) no deja nunca de manifestar y
plantear el método inclusivo. A tal efecto presentamos aquí dos imágenes, las
dos son de la Virgen de la Misericordia y del Patrocinio de Anento y de Teruel. Éstas, como otras muchas, muestran a la Virgen con una gran capa desplegada y,
bajo ella, todo tipo de personas de la más diversa condición y estrato social. La
Virgen ampara a todos. La Virgen es inclusiva, también y sobre todo, de los pecadores.
Pero, para ser incluidos dentro de esta capa protectora es necesaria la
fe. La Iglesia tiene un método de recuperación del pecador mediante el sucesivo
perdón (indefinido) de los pecados. Incluso en artículo mortis el cristiano
puede alcanzar el cielo, puede integrarse en el seno de los justos (predisposición a incluir).
Nadie podrá poner en duda el método dual tan perfecto con que la Iglesia ha
funcionado durante siglos (inclusión-integración). Nosotros ahora, en pleno siglo XXI, nos ponemos
estupendos mostrando como nuevo, algo que lleva 2.000 años funcionado
efectivamente.
La cuestión es que la enseñanza o,
mejor dicho, la educación pública (universal) ha estado abandonada durante miles y miles de
años por parte de los poderes llamémosles “civiles”. Ahora despertamos de un
gran sueño y nos damos cuenta de que la educación es la gran clave del progreso
de la humanidad.
Que la educación debe ser INCLUSIVA e INTEGRADORA es algo tan elemental y
natural como que la religión Católica lleva 2.000 años practicando este método con éxito.
El día 27 de noviembre celebramos la fiesta del aragonés, San José de Calasanz. La
historia es una gran maestra. Fijémonos en lo que hizo este ilustre aragonés y
pongamos más el acento en lo positivo que en la critica rencorosa o interesada.
Conservatorio de Música de Teruel
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San José de Calasanz por Goya
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