¡QUÉ SALGA EL REY DE
SU GAYOLA!
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De zagal jugábamos todos los
niños del pueblo al juego de la gayola.
Pasó el tiempo, cambiaron los juegos, pero yo guarde la palabra en la memoria.
No comprendía el significado de la palabra gayola. Mas, si tenemos en cuenta
que al comenzar el juego decíamos: “Uno, dos y tres… ¡qué salga el rey de su gayola! ¿Cómo iba a salir el rey de la cárcel?
Luego, con el tiempo, aprendí la palabra “garchola”,
con idéntico significado. Es decir, cárcel. Para cuando Fernando Burillo me
regaló el libro que había escrito, en comandita, con Benavente y Thomson, ya lo
tenía todo claro. Por ello me interesó el tema de las cárceles “de pueblo” y
porque siendo niño todavía funcionaban los “calabozos” en los pueblos, al menos, en el mío. Recuerdo que un día se oyó/se sintió decir en Tortajada: “A José el
malo lo han metido al calabozo.” Sería ésta, la última vez que escuchara
decirlo. A partir de ese instante a los presos se los llevaban a la cárcel de
Teruel. Con este libro, como suele decirse, se recupera parte de la memoria perdida. Perdida, verdaderamente, y que en muchas ocasiones, sus más penosos pasajes no gustaba recordar a nadie. Pero el
libro, sin caer en el elogió fácil, es muy bueno. Un poco comprimido por el formato
pero que, ampliados temas, grabado y fotografías, daría para un estupendo
manual. Lo releo con gusto y, lo repaso, cuando encuentro a amigos y compañeros
de carrera procedentes del Matarraña. Si lo encuentran… ¡cómprenlo!
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Gayola
En este juego tradicional se
formaban dos equipos de unas seis personas cada uno, antes de comenzar
sorteaban quien pagaba, el equipo que pagaba empezaba el juego, los componentes
del equipo excepto uno se ponían en circulo con los brazos en alto agarrándose
a los compañeros, que tenían a derecha e izquierda, a esta posición de los
jugadores es lo que se denomina la gayola, para poder aguantar el enviste de
los que saltaban sobre ellos que solía ser rápido y sin avisar y no sufrir
daños, se ponían con una pierna un poco adelantada y la cabeza agachada hacia
el centro del grupo, en definitiva en una posición cómoda para poder aguantar
al contrario en cuanto subiera “a cotenas”. En el centro se colocaba uno de los
del equipo que pagaba, se le denominaba el rey de la gayola, y era el encargado
de salir a pillar. Los miembros del otro equipo se esparcían por el campo de
juego, cuando estaban preparados para comenzar el juego gritaban, un dos y
tres, salga el rey de la gayola, en este momento, el jugador que estaba dentro
del circulo, sale a intentar pillar a algún miembro del otro equipo, cuando lo
conseguía gritaba gayola y sus compañeros pasaban a ser libres y el equipo
contrario a pagar. Mientras no lo conseguía los del equipo contrario se subían
a cotenas encima de los miembros de la gayola, si conseguían subir todos y el
último jugador entrar en el centro de la gayola ganaban el juego. Cuando se
comenzaban a subir en la gayola, el rey de la gayola se solía poner cerca de la
gayola, porque si alguno de los que había subido se cansaba y ponía los pies en
el suelo este podía ser pillado. (Xilocapedia)
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