Donde termina la calle Mayor del Rabal comienza la del Portillo. Se cree que el Rabal turolense llegó a tener su muralla y que el Acueducto lo construyó Pierres Vedel utilizando parte de la piedra, de esa muralla que se desmontó. No hay nada cierto, pero pudo ser. Lo cierto es que hoy día el Rabal, así como en las zonas anejas, se ha construido mucho de tal manera que prácticamente se ha acabado con la vivienda tradicional. Este era un barrio de agricultores, ganaderos y de múltiples oficios preindustriales. Estos oficios (ver el libro: Tiempo de Industria de Antonio Peiró) se desarrollaban en la áreas periféricas del Rabal: cueros, lanas, alfarería, tejas y ladrillos, cáñamo, hierro, tintes y un largo etc.
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