RELIGIÓN Y POLÍTICA
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Muerto, resucitado y subido al cielo, los apóstoles quedaron huérfanos. Sin embargo, empezó a escribirse mucho sobre este “profeta”. San Pablo, los evangelistas... llegó un momento que el conjunto de historias y de escritos era confuso sobre su figura y crecieron las sectas. Entonces aparecieron los Padres de la Iglesia cuya misión fue ordenar y separar la buena de la mala hierba (exégesis). La Iglesia que nació pujante con Constantino celebraba de vez en cuando un concilio. Los concilios son vitales y adaptan la doctrina de la Iglesia a los tiempos y a los cambios de mentalidad de la gente. Recordamos la revolución que supuso el Concilio Vaticano II. Bueno pues, en semejanza a la Iglesia, actúan los partidos políticos. Cuando hay espacio social, un líder o un grupo de personas, forman un partido. Se constituye, es decir, se le da nombre y se crean los órganos de gobierno del ya formado partido. A continuación, en un congreso extraordinario, se elaboran y aprueban los estatutos del partido. Los estatutos son la DOCTRINA, son el alma mater. El patrimonio más importante que tiene un partido son sus principios ideológicos plasmados en su doctrina o estatutos. Si el partido tiene espacio social deberá renovar los estatutos en diferentes momentos. Para ello se hacen los congresos. Si el partido se renueva y va al compás de la sociedad el partido sobrevive. La religión Judío-Cristiana lleva más de 30 siglos (3.000 años) de funcionamiento y renovándose constantemente.
En Aragón hay dos partidos que no funcionan. Se trata del PAR y de la Cha. Dos partidos regionalistas situados uno de otro en los polos opuestos del parlamento (izquierda y derecha). Los dos tienen un misma enfermedad y es que han entrado en un anquilosamiento estructural y coyuntural que los tiene momificados y recogiendo el resto (la resta) de votos de la ciudadanía. Por lo que respecta al PAR lo hemos señalado muchas veces en este blog el mal reside en la ausencia total de renovación de sus principios ideológicos. Los congresos solamente sirven para repartirse los puestos y cada vez hay menos puestos. Muchos militantes se han marchado a otras formaciones y el futuro es triste, si no hay pronto reacción. El PAR necesita un congreso re-fundacional, porque las cosas están muy mal. Por otra parte está la Cha que sus orígenes más remotos se remontan a Julio Calvo Alfaro y Gaspar Torrente, dos aragoneses afincados en Cataluña y militantes de Esquerra Republicana de Cataluña. La ideología de la Cha ha sido siempre federalista y a tal efecto los brotes que le nacieron independentistas (Puyalón y Chobenalla) los extirpó rápidamente. Pero la Cha ya no puede jugar el partido de ERC porque España se ha dividido en tres estados en la práctica: España, Cataluña y País Vasco. Así que, el discurso antiespañol (contra Madrid) de la Cha ya no le vale, pues está ahora con Sumar-España, es decir con el centralismo. Por otra parte a la Cha le pasó un poco lo del PAR, que expulsó a los militantes solventes y se quedó con los dependientes de forma que los tiene fijos al pesebre.
El PAR y la Cha deben hacer como el senador Goñi (un requeté que lucho con Franco) romper amarras, renovar sus estatutos y plantearse una nueva vida atendiendo a las demandas de la sociedad. Nada hay más potente ni más importante para un partido que unos principios ideológicos bien asentados. Porque todo partido que toca poder se corrompe y si no hay principios básicos, la ruina es total. Dice el dicho popular: "El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente".