LO QUE NOS ENSEÑA LA HISTORIA
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Que la corrupción ha acompañado siempre al hombre parece un tema incuestionable, pero, que siga con tanta vitalidad, espanta. Y la corrupción continúa, por ello el ciudadano tiene que estar en vigilancia permanente. Pero, a menudo, la ciudadanía abandona su responsabilidad, momento que aprovecha el político para cometer uno de los mayores males que tiene en España la administración pública actualmente: LA CORRUPCIÓN.
El daño que produce, que crea, la corrupción a menudo no es solamente momentáneo sino que se arrastra a lo largo de los años y condiciona la vida y la economía de una población de manera alarmante. Ejemplo de esto es la llegada del ferrocarril a Teruel. Se produjo en el año 1901 y lo denunció Domingo Gascón y Guimbao en Miscelánea Turolense. Para ahorrar costes la compañía bajó el tren a la huerta de Teruel (864 m. sobre el nivel del mar). Desde la huerta de Teruel (que “donó” a la ciudad el conde de la Florida) el ferrocarril tuvo que subir hasta el puerto Escandón (1.232 m de altitud). Este trazado hizo que don Ramón de la Sota hiciera un ferrocarril (casi) paralelo, el ferrocarril minero de la CMSM. El puerto de Escandón ha sido siempre un inconveniente que ha limitado el tráfico ferroviario en Teruel. Hoy día se está produciendo la electrificación de la vía como forma de superar este punto negro. La estación del ferrocarril en la huerta de Teruel obligó 20 años después a construir la Escalinata y no ha mucho un ascensor. Bueno está que, la naturaleza nos ponga retos, pero lo que ya es estúpido es, que el mimo ser humano, por el dinero, trabaje a la contra.
Si hacemos un repaso a las obras que se han hecho en la ciudad no ha muchos años, veremos las huellas de la corrupción. Construcciones inservibles, muros que se caen, luces que no funcionan... un rosario de obras producto de inversiones millonarias que han empeorado y comprometido la economía y la belleza de la ciudad.
“In vigilando” es la actitud que debe tener la ciudadanía y los partidos de la oposición. Pero estos partidos ya se dejaron engañar en su día. Por tal razón, como confiar en un sistema que deja en manos de la oposición la función de vigilar y que no la ejerce: “hoy por ti mañana por mi”.
La historia nos enseña que la corrupción se repite y además, se repite, en todas las esferas sociales. Desde el Estado hasta el concejal más mindungui.