La mayor parte de la península Ibérica participa del clima mediterráneo que tiene como elementos más significativos y diferenciadores, el CALOR y la SEQUÍA. La triada mediterránea (cereal, vid y olivo) se ha adaptado durante siglos a este tipo de clima (seco y caluroso), siendo el cereal el que más padece la falta de agua si las estaciones del invierno y sobre todo, la primavera, vienen poco lluviosas. Si atendemos a los Gozos que se cantaban en los pueblos a los santos patronos en petición de agua para las cosechas y en prevención del pedrisco lo veremos con nitidez. La sequía es un problema secular de nuestro clima mediterráneo. Por esta razón desde Joaquín Costa y la decadencia de la ganadería, la construcción de pantanos ha sido una obsesión del pueblo español. Tras el monopolio de la ganadería viene el periodo agropecuario y con él una preocupación creciente por la lluvia (calendario de Mariano Castillo) y por almacenar agua ya sea de cauces o buscándola en pozos.
La península Ibérica, históricamente, ha desarrollado su economía en torno a la ganadería. Por esa razón la tala de bosques para obtener nuevos pastos y luego para la siembra de cereal ha sido proverbial. Ignacio de Asso ya señala que la expulsión de los moriscos en el sistema Ibérico no tuvo apenas efectos económicos ya que, en esas fechas, la economía era ganadera, ver la Ruta de la Lana en Teruel.
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Los Gozos que se cantaban en los pueblos a los patronos son relativamente recientes, siglos XIX y primera mitad del XX. Así, por ejemplo, en Alcalá de la Selva cuya base económica hasta mediados del siglo XIX había sido la ganadería y el bosque, se cantaba en el periodo agropecuario:
"Quién es aquella Señora
que viene por el camino?
Es la Virgen de la Vega
que viene a regar los trigos."
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