SANTA
LUCÍA
Santa
Lucía (la Virgen mártir de Siracusa) es reconocida como la patrona de aquellos
que sufren de ceguera y enfermedades oculares. Tiene sentido que la fiesta se
celebre en estas fechas en las que la oscuridad de la noche es de las más
prolongadas del año.
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El 13 de
diciembre se celebra Santa Lucía. El solsticio de invierno suele suceder en torno
al día 21 o 22 de diciembre. Hay pues ocho días de diferencia entre la fiesta
de Santa Lucía y el solsticio de invierno. Pero, para los romanos, solsticio significa
SOL QUIETO. De ahí que las observaciones astronómicas ofrecieran alguna
confusión. Por todo ello, algunos refranes (siempre son populares) referidos a
Santa Lucía y a la evolución del día y de la noche, sean contradictorios, por
ejemplo:
Para
santa Lucía ni mengua la noche ni crece el día.
Santa
Lucía iguala la noche con el día.
Por Santa Lucía, menguan las noches y
crecen los días. Ni creció ni menguó hasta que el Niño nació (dicen en León)
El día de Santa Lucía, mengua la
noche y crece el día la pata de una gallina.
Etc.
También es significativo que un pueblo de Teruel, concretamente Barrachina, sea el primero en encender las hogueras del ciclo de la vida en la fiesta de Santa Lucía (puede que sea el primero de España).
Del solsticio de invierno al solsticio del verano, las hogueras arderán en toda España, las últimas en Alicante para San Juan.
Desde el punto de vista antropológico tienen la misma importancia las fallas de Valencia que las de Aragón (muy poco conocidas éstas, pero existen).