El santo tiene a su derecha una barraca valenciana
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Una referencia básica es la ermita de San Antón y, viendo la situación actual de la ermita, encallejonada y casi oculta, nos damos una idea de lo que ha sido y es el barrio. Nació como área de expansión del Rabal. A tal efecto se instalaron: majadas, gorrineras, gallineros, conejares, menas (Motina y de San Julián), herrerías, pieles, lanas, tintes, eras y pajares para la trilla, tejerías y cerámicas. El cerdo de San Antón iba libre por las calles y cada día dormía en una casa. En la actualidad todavía queda una cementera y una empresa dedicada al tratamiento de la piedra y el mármol.
La Vía Perimetral ha sido la única manera de ordenar este espacio y hacía esta vía hay que orientar las salidas del barrio desde Ollerías, Rabal y San Julián.
San Julián es el resultado de muchos años de dejar que las cosas se hicieran sin ningún control ni planificación. Ahora ya es tarde.
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El Cerro de los Alcaldes era una era. Al fondo los tajos de las minas de arcilla.
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San Julián creció sin planificación alguna.
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Quedan todavía algunas industrias altamente contaminantes.
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El cerro de mena Motina. No queda ni rastro de las menas. Principalmente dos menas en las que se hacían sogas, bagas, soguetas, hilo de palomar etc.: Motina y de San Julián.
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Será difícil poner orden
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