San Julián creció a lo largo de la historia de la ciudad de Teruel como un lugar en el que ubicar las actividades y los oficios que producían mayores molestias/contaminación. Prueba de ello son dos actividades que todavía permanecen y que deberían ser trasladadas a un lugar alejado de la población. Se trata de dos industrias que trabajan, una el cemento y la otra la piedra. El Ayuntamiento debería dar facilidades para su traslado.
Por otro lado, la ordenación de este territorio no va a ser nada fácil y si no se toma en serio, al final, reinará el caos.
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