Portada de un número extraordinario de Andalán dedicado a la economía aragonesa. Labordeta nunca entendió a los turolenses y ese desencuentro fue recíproco. Las arcillas crearon riqueza: una ciudad y decoraron el mudéjar con su cerámica
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La explotación de las arcillas con las que se ha construido Teruel ha dejado un paisaje lunar. La necesidad de recuperar un paisaje que sea más amable, más humano, ha originado inversiones de dinero que no han dado los frutos deseados. Esta labor ya se comenzó con Franco y, en efecto, todos los pinos que se ven son de esa época. Paradógicamente, con la democracia, no ha tomado prácticamente ninguno, como bien puede verse. Ahora se piensa más en la publicidad que en la efectiva labor repobladora. ¡ Mecachis!
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