Desde el convento de las Agustinas hasta la Puerta del Carmen
hay un hermosos Vía-Crucis (obra impagable de José Gonzalvo) que dejaremos aquí, en breve. Antes de llegar a dicha puerta, a la
izquierda, hay un peirón hecho por José Cebrián en ofrenda a la Virgen del
Carmen. En la hornacina una cerámica con las ánimas ardiendo en el purgatorio y
abajo, José Cebrián, bajo las ruedas de un carro tras haber sido atropellado
en un pierna. El peirón se debió de construir en las fechas del suceso, año
1867, y después se reconstruyó en el pasado siglo.
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El peirón nos recuerda el suceso acaecido en el año 1867.
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La cerámica nos muestra tres niveles. Arriba la Virgen del Carmen. En posición intermedia, los ángeles van sacando las almas del purgatorio. Debajo, el carro con las mulas, que corren espantadas mientras José Cebrián yace tumbado en el suelo.
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