UN ESTADO DE IGUALES, ENTRE IGUALES
(HACIA LA NIVELACIÓN SOCIAL)
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Las revoluciones no solucionan
las cosas. Los nuevos amos se hacen tan violentos, corruptos, nepóticos, despóticos y dictatoriales como sus
antecesores derrocados. Juan Romero Alpuente se dio cuenta enseguida. Propuso la
revolución permanente, que no es otra cosa que llevar la dialéctica hegeliana a sus últimas consecuencias. Pero... ¿cuál es
la propuesta revolucionaria, hoy?: un gobierno y un poder proletario, o quitar al
rey. Quizás poner una república… ¿centralista o federal? Hay mil formas y mis
soluciones. En Europa tenemos o hemos tenido de todo. Hemos tenido: monarquías absolutas y parlamentarias, dictaduras
de izquierda y de derecha, Estados centralizados, confederales y federales, monarquías
parlamentarias, repúblicas socialistas, "democráticas" o federales. Tenemos hasta
el Estado de las Autonomías o Estado Autonómico, invento español y que tampoco
gusta mucho a algunos españoles, precisamente a los que más favorece. Se
está proponiendo un federalismo asimétrico, que es una ida descabellada
consistente en pactar una “DESIGUALDAD” entre iguales. Todas las autonomías
deben ser iguales, sin embargo, Cataluña, País Vasco y Galicia piden ser diferentes y
tener unos privilegios que los demás no los tienen. Esa píldora no se la traga
nadie. Bien es verdad que venimos de una tradición en la que algunos
territorios han conservado, inapropiadamente e injustamente, una serie de
privilegios llamémosles, forales. No es al fuero ni a la Edad Media a lo que
tenemos que recurrir, más bien superarlo, y poner a todas las autonomías en pie
de igualdad. Bien está lo medieval para La Bodas de Isabel, pero en cuestiones
de gobierno y administración hay que mirar hacia el futuro. Samblancat era un
ingenuo, eso sí, visto desde hoy y como diría el castizo, “a toro pasao”.
Cierto que acertó y que Aragón tiene un parlamento, pero con eso no se acabaron
los problemas, ni la corrupción, ni la incompetencia, ni el mal gobierno, ni
los malos catedráticos, ni los malos maestros, ni el fracaso escolar, ni la
pobreza, ni la violencia, ni los atracos, ni la inseguridad ciudadana… Sabemos,
como decía el clásico, que cada día tiene su afán, y sus incertidumbres. Ser
hoy independiente, absolutamente independiente, es el peor negocio que puedes
hacer. Muchos catalanes están a día de hoy ya, aterrados. No digamos nada si les
ponemos en la tesitura de tener que votar. De momento esto es un “juerga” contra
Madrid, un pim, pam, pum, que pretende obtener ventajas políticas, que siempre
son, luego, económicas. La Constitución y el sentido común establecen que todos
los ciudadanos debemos ser “IGUALES ANTE LA LEY”. Cómo vamos a ser iguales ante
la ley en un estado asimétrico. No somos iguales que navarros ni vascos por la cuestión del “cupo”. Es indignante que
Europa multe a los vascos por el tema de las “Vacaciones Fiscales Vascas” y la multa la tengamos que
pagar todos los españoles. Además nos tenemos que oír que se quieren hacer
independientes, que no nos soportan. Lo cierto es que una región se puede
independizar, hoy día, con una simple declaración: Que salga Arturo Mas al
balcón de la Generalitat y proclame la independencia de Cataluña. Quizás de esa
forma nos ahorraríamos las cabeceras de los telediarios y de los periódicos.
Leer a Samblancat de vez en cuando no está mal. Te tranquiliza bastante.
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Juan Romero Alpuente (en el grabado) y Dolores Romero (San Nicolás de Bari en Teruel), son dos importantísimas personalidades nacidas en Valdecuenca de la Comunidad de Albarracín
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