Los datos son inequívocos, la destrucción de este monasterio en la pasada Guerra Civil ha sido uno de los episodios más lamentables de la historia del arte en España, pero todavía sabe peor y da la talla humana de sus factores, el saqueo posterior de los restos que no fueron pasto de las llamas.
Real Monasterio de Santa María de
Sijena
"El Real Monasterio de Santa María
de Sigena (declarado Monumento Nacional en el año 1923) es el principal
atractivo monumental de Villanueva de Sigena y uno de los mayores tesoros
artísticos de Aragón. Este solemne y descomunal monasterio es uno de los más
importantes centros de turismo religioso y de peregrinación de Huesca y Aragón.
Fundación
Fundado a orillas del río
Alcanadre en 1188 por la Reina Doña Sancha de Castilla, esposa del Rey Alfonso
II. (primer rey de la “Corona de Aragón”). Según la leyenda, el monasterio se
construyó en el lugar donde se encontró una imagen de la Virgen María de la
parroquia de Sigena, que se creía perdida o robada.
Sus funciones
Fue el principal monasterio
femenino de la Orden de San Juan de Jerusalén en el que ingresaron, como
“dueñas” o religiosas, destacadas mujeres de las más nobles familias
aragonesas. La primera monja ordenada en este monasterio, fue Doña Dulce; hija
de Doña Sancha y el Rey Alfonso II. de Aragón. Ella murió el año siguiente y
fue enterrada en el propio monasterio. También se inhumaron en él su fundadora:
Doña Sancha de Castilla, (hija de Alfonso VII. "El Emperador"), que
ingresó en él al quedar viuda y su hijo, el Rey Pedro II. "el
Católico".
Aparte de ser un Monasterio
Hospitalario y Panteón Real tenía también la función de Archivo y una auténtica
Corte, produciéndose su mayor esplendor en el siglo XIV, en la que llegaron a
vivir más de 100 monjas, hijas de los linajes más nobles del Reino, con sus
criados y sirvientes.
Arquitectura
El monasterio se construyó en
estilo románico tardío y el cisterciense. Fue uno de los mayores tesoros
artísticos de Aragón. Por desgracia el monasterio resultó incendiado y casi
completamente destruido durante los primeros días de la Guerra Civil de 1936.
El incendio del Monasterio duró varios días, y redujo a cenizas un patrimonio
artístico de valor incalculable. Solamente se llegaron a salvar la Iglesia
Románica y el Panteón Real, mientras que las tumbas de los Reyes de Aragón
fueron salvajemente profanadas. Ahora solo se ven las tumbas de piedra arenisca
de la Reina Doña Sancha y de sus hijos, el Rey Pedro II, la infanta Doña Dulce
y la condesa Leonor de Aragón.
Las bellas pinturas de finales
del siglo XII. o principios del siglo XIII. que cubrían sus muros se perdieron,
junto con su artesonado y biblioteca. Una parte de los frescos y dibujos de la
Sala Capitular se salvó del fuego, fue arrancada y se exhibe actualmente en el
Museo de Arte de Cataluña, en Barcelona.
Hoy, del importante conjunto
medieval, quedan en pie el templo y otras dependencias. En la plaza del
monasterio se levantan la Hospedería, las ruinas del Palacio Prioral y la
iglesia. La Torre de Señales fue edificada en el siglo XII. y junto a ella se
levanta un sólido torreón rectangular, pétreo, de la antigua fortificación. La
impresionante portada del templo es emblemática y es uno de los elementos más
característicos del Monasterio. Se puede admirar su portada abocinada por
catorce arquivoltas y columnas lisas. A la derecha de la portada hay un
arcosolio vacío que era el lugar de reposo de los restos de Don Rodrigo de
Lizana; cuyo sarcófago sin decoración, "desapareció" a mediados de
los años 70."
Tomado de Internet de la página titulada Casa Helvética.
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"En agosto de 1936, en el ambiente
anticlericista de la Guerra Civil Española, el monasterio fue incendiado y
arrasado por una columna de milicianos anarquistas que se dirigían al frente de
Huesca, salvándose solamente la iglesia románica y el Panteón Real. Muchas
obras de arte fueron destruidas o saqueadas y las tumbas de los Reyes de Aragón
fueron salvajemente profanadas."
Tomado de Wikipedia.
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Destrucción, Siglo XX (1936)
"Durante la Guerra Civil el monasterio fue
saqueado por una columna anarquista que lo incendió. Las llamas destruyeron el
edificio con sus artesonados, frescos y numerosas obras de arte; sólo se
salvaron la iglesia y el panteón real, aunque las tumbas de este último fueron
profanadas. Algunas obras de arte fueron salvadas por gentes del pueblo y por
componentes de las milicias libertarias.
Tras el incendio, las bellas pinturas
del siglo XIII que cubrían los muros de la sala capitular fueron arrancadas y
trasladadas al hoy Museo Nacional de Arte de Cataluña."
Tomado de la página del Gobierno de Aragón.
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