El
Palacio Episcopal empezó a construirse entre los años 1580-1594 (siglo XVI) y lo terminó Jerónimo Zolivera en el año 1683 (siglo XVII).
Situado en la Plaza del Venerable Francés de Aranda y al costado de la Catedral,
es un edificio de sólida factura. Destaca su portada dintelada de columnas
pareadas y frontón curvo partido. En el interior, un amplio “claustro” limitado
por columnas jónicas. Por una puertecilla de dicho claustro se accede a un
jardín adornado de ciprínidos así como de pequeñas esculturas de metal fundido.
En el centro el Sagrado Corazón de Jesús y en un lateral las figuras también de
serie de Cervantes, Cortes y Murillo. No sabemos, al ver tal disparidad de
obras y objetos, si existió una planificación para este espacio recreativo. El
jardín es de grata y refrescante estancia y bien podría ser aprovechado, para
veladas culturales, durante las noches de verano turolense.
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EN LAS ESCALERAS QUE VAN DEL CLAUSTRO A LAS DEPENDENCIAS DEL PRIMER PISO DEL PALACIO EPISCOPAL SE ENCUENTRAN ESTOS DOS CUADROS
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