LA CORRUPCIÓN EN LA
VIDA PÚBLICA ESPAÑOLA
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Desde
la Restauración Borbónica (Alfonso XII) hasta nuestros días la corrupción, en la vida política
española, ha sido una constante. La sociedad permanece tranquila hasta que los
medios de comunicación, por la razón que sea, vocean y alteran el ánimo de la gente. A
partir de conocerse públicamente ciertos casos de corrupción, ésta se convierte
en un problema para la “mass-media” de la población. Pero, una vez que cesan de
publicarse los datos que confirman el hecho, vuelve el agua a su cauce y la
tranquilidad a sus conciencias. Pocos o casi nadie va a la cárcel y pocos
devuelven el dinero robado. Porque en esencia se trata de eso, de dinero. El
nepotismo no está tan mal visto, diríamos, que hasta consentido.
El
problema añadido, en la actualidad, es que la monarquía se ha visto envuelta en
la corrupción (caso Urdangarín) y en otras “prácticas” desaconsejables para
ella si quiere permanecer representándonos. “El Juancarlismo”, una corriente de
opinión que apostaba por el rey, dados sus relevantes servicios a la Patria, se
ha visto sobrepasada por unos hechos bochornosos. Un rey que presidía
sociedades protectoras de animales ha salido fotografiado cazando elefantes (que barbaridad) y
otros animales protegidos y en peligro de extinción. La necesidad de que la más
alta magistratura del estado, ya que está para eso, para representarnos, guarde
un mínimo de decoro ha terminado de “cabrear” a los españoles muchos de ellos
en una situación económica comprometida. Todo ello junto a unos partidos políticos
que cultivan la nación como un coto privado y no atienden a las cuestiones básicas,
preocupa y castiga nuestra economía. Por una vez los españoles hemos actuado con cierta cordura al dar mayoría absoluta a
un partido (me hubiera dado igual al
PSOE) con el fin de tener ESTABILIDAD política y afrontar con fuerza los
problemas de la crisis. Pero han sido, sin embargo, los partidos y el monarca
los que no han estado a la altura de las circunstancias. El PARO, la CORRUPCIÓN,
el FRAUDE FISCAL, la ECONOMÍA SUMERGIDA, las MAFIAS…. Son problemas que un
partido con mayoría absoluta tiene que resolver con “mano firme y dura”. Ser
democráticos no significa ser blando: ser buen padre no consiste en consentirle
todo al hijo. La prensa ha cumplido con su papel, por una vez, y la calle pide
una regeneración de la vida pública.
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La corrupción la asociamos con la dictadura y, sin embargo, ésta vive en todos los regímenes.
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La corrupción abochorna a un país que quiere ser moderno.
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