EL TREN TURÍSTICO
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Martín
Lacunza Auré ha trabajado toda la vida en la RENFE, ahora, jubilado y con
glaucoma, siente pasar por el ROKELÍN de Sanz Gadea el trenecico de ruedas
de goma cargado de turistas. ¿Cómo va hoy? -le pregunta a su compañero Mariano.
“A tope”, le responde éste. Ya se dice en los corrillos que, el trenecico, es
la única empresa rentable en Teruel. Efectivamente, el turismo en Teruel, ha tenido
un repunte importante. En poco tiempo hemos pasado de tener todos los restaurantes
cerrados los domingos a abrirse ampliamente la oferta turística. Teruel era y
es una ciudad de funcionarios, pero tiene que diversificar sus actividades si
quiere sobrevivir, sobre todo ahora, que dicen que van a “pinchar” la "burbuja" de las administraciones públicas. El Mudéjar, el Modernismo, el Barroco, los
Amantes, Dinópolis, La Semana Santa, el Jamón, la Trufa, el azafrán… El ser una
ciudad pequeña y acogedora hace que el turista no se canse y hable bien de
Teruel, porque ya lo va sabiendo todo el mundo: “TERUEL EXISTE. Tal es así que
hemos estado en un “tris” de tener otro Papa. De todas formas, si a Santos
Abril lo hacen Secretario de Estado del Vaticano, tendrá autoridad sobre unos
1.700 millones de cristianos. La cifra da escalofríos, menos mal que en Alfambra
se templa a los hombres como al acero, con agua del río rojo. Sin embargo,
Teruel tiene que seguir profundizando en su oferta turístico-cultural. Desde
hace tiempo estamos pidiendo pequeños museos: el de la forja, el de la cerámica, el de la Semana Santa...
Museos como el de Arte Contemporáneo o de La Batalla y Saqueo de Teruel quedan para
cuando superemos la crisis.
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