MIRAMBEL/GIRASOL
En esta ocasión
no paramos en Mirambel, que quiere decir girasol, como así se muestra en el
escudo heráldico del lugar. Ahora es una población escasa, apenas 117
habitantes de derecho y una densidad tan escueta que, por poco, pasa de los 2
habitantes por kilómetro cuadrado. En el Museo Episcopal de Teruel tenemos los guardapolvos
de un retablo de Mirambel, magnífico (vedlo en Miscelánea, pinchando en la dirección de abajo). Es una población con una enorme
arquitectura difícil de comprender hoy día. Pío Baroja ha hecho famosa esta
localidad para siempre y nosotros volveremos por recorrer sus calles y
descubrir sus palacios, su iglesia, su Ayuntamiento, su convento, su patrimonio perdido… etc, etc. Os
dejamos aquí abajo con Baroja:
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"En los
confines meridionales del Bajo Aragón, en una cañada, al pie de la montaña de
San Cristóbal y cerca del pequeño río o rambla de Cantavieja se encuentra el
pueblo llamado Mirambel.
Es una aldea,
oscura, amurallada, con aire antiguo, casi de la Edad Media. Su muralla
amarillenta negruzca, se conserva intacta, sin ninguna brecha y para entrar en
el pueblo, es necesario pasar por alguna de sus puertas. Esta muralla gótica
tuvo en otro tiempo su camino de ronda, sus matacanes y aspilleras, que después
se tapiaron.
El terreno
próximo a la aldea es árido y montañoso; en las inmediaciones se levantan los
cabezos de la Sierra Palomita, el alto de Tavaruela, la Sierra Blanca hacia
Olocau del Rey, y la Sierra Menadella en el límite de las provincias de
Castellón y de Teruel. Más cerca, se yergue el tozal de San Martín, el de
Aniento y el Cabezo de Moragues.
La rambla de
Cantavieja, pasa a poca distancia de la villa sobre un lecho de piedra gris.
Este arroyo nace en los montes de Tavaruela y de Bobolar, baja por Mirambel y
en la Mata se le une otro procedente de la Iglesuela del Cid: la rambla
Sellumbres, o río de las Truchas. El riachuelo de este nombre se vierte en el
Bergantes, cerca del pueblo llamado el Forcall o el Horcajo. Los tres arroyos
unidos en el Forcall: el de Cantavieja, el de Caldés y el Bergantes forman uno
solo con este último nombre. El Bergantes nace en el Coll de Morella, entre la
Sierra de la Higuera y la Mola de Clapisa y tras de unirse con el Caldés y el
Cantavieja, cruza por el llano de la Batallera y desemboca, después de pasar
por Aguaviva, en el Guadalope, el cual sale al Ebro, en las cercanías de Caspe.
La comarca
entre Mirambel y Morella, es árida, áspera, desolada, erizada de colinas
yermas. Hay grandes cerros de piedra caliza, formaciones de moles rojas y
amarillentas como ruinas de inmensos palacios y castillos, de ciudadelas de
cíclopes o de gigantes, que a veces fingen detalles que parecen por un momento
de construcción humana.
En los
barrancos próximos a Mirambel la frondosidad es poca; nacen en ellos plantas
silvestres, carrascas, pinos, robles, enebrales, romerales y pequeños almendros
que en primavera alegran la tierra árida con sus flores blancas.
El clima es
extremado, más frío que caliente; el aire puro y el cielo casi siempre limpio.
La gente, en
vez de temer el calor del verano lo desea, pensando que con el calor las
cosechas pueden ser mejores. La labranza es escasa; el campo montuoso,
escarpado y árido produce centeno, cebada, avena y azafrán, todo en poca
cantidad; la industria del pueblo consiste en algunos telares primitivos de
cordellates, estameñas y lienzos.
Cuando la
meseta aragonesa baja al Mediterráneo, comienza la tierra a cambiar y con ella
el aspecto de los pueblos; se blanquean las casas, se les ponen franjas azules
debajo de los aleros, aparecen las azoteas, deja de reinar el castellano y se
empieza a hablar valenciano…"
Pío Baroja
La venta de
Mirambel, 1931
(de Memorias
de un hombre de acción)
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MAESTRO DE PEREA
Pinchad aquí:
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Torre con dos mirambeles (girasoles), fechado en 1583.
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