En el balcón de esta
plaza… así hablara Cabrera:
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Si yo fuera general, si gustara de las guerras,
si esta fuera plaza
fuerte con pendones y banderas,
con muros recién
labrados con matacanes y almenas
do las casa son
palacios y las torres fortalezas.
Si yo fuera un
caballero si yo, el general Cabrera,
subiría a estos
balcones con una arenga guerrera:
Que defendáis estos
muros levantados sobre tierra,
sobre el barro que el
caballo del Mío Cid ya batiera.
Resistid las
embestidas, esos rejones de fiera,
que el general
Espartero por conquistarte metiera.
Levantad muros de
fuego, de estopa haced las hogueras,
soltad a los toros
bravos con haces en las testeras.
Repartid a los
soldados el vino de las bodegas,
las mantas y las
raciones que quedan en las despensas.
Que Cantavieja no
rinde ni una sola de sus piedras.
Que sus muros son de
acero cubiertos de verde hiedra
y que su gente no
deja, esta plaza aunque aquí muera.
Así levantó la voz con
que enardeció Cabrera
los corazones valientes nacidos
en esta tierra,
en estos riscos
feraces, en estas estrechas vegas.
Cantaviejanos
valientes, que otras madres no parieran,
defended como
Numancia defendió en suerte postrera,
con la sangre y con
el fuego hasta la hora suprema.
Que en esta arenga guerrera hay
llama de vida eterna:
honor para los que
mueren y honra para quien queda.
En el balcón de esta
plaza… así hablara Cabrera.
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