Cúpula del horno de Orrios. En la actualidad, el local hace las funciones de centro cultural y recreativo.
*
¡CUÁNTO VALE UN HORNO!
Antes de la muerte de Rufino solía
ir a Orrios, al menos, una vez al año. Ahora lo hago cuando me invitan los
amigos Vicente, Fabián o Aurelio. Precisamente ha sido Vicente quien nos ha traído hoy, 30 de
octubre, a la reunión mensual que tenemos los Gacheros un folleto de Clemente
Alonso Crespo sobre la venta que se hizo en 1856 del horno de Orrios. Me
cuentan además la generosidad que Clemente ha tenido, en varias ocasiones, para
con su pueblo. No es verdad, nada cae en saco roto y, al final, cada acción
tiene su recompensa. El folleto tiene el tamaño de cuartilla de pliego y viene
sin cabecera, ni mancheta, ni cualquier cosa que pueda señalarnos la pretensión
de tal publicación. Pensamos, que tiene una proyección hacia la población del
lugar y, también, darle un tinte o barniz cultural a las fiestas patronales, de
Orrios, en el año 2015.
Encabeza la publicación un pequeño texto en el que
Clemente quiere situarnos históricamente de forma que, el lector, advierta del
significado que tuvo para la población tal acto jurídico-legal a mediados del
siglo XIX. Todavía más, si partimos del fenómeno incompleto de las
desamortizaciones que realizaron los
liberales durante este siglo. Tres desamortizaciones a la Iglesia y ninguna a
la nobleza. El folleto es obsequio de Clemente Alonso y, aunque simple en su
presentación y contenido, de su detallado estudio puede sacar el lector, avisado, muchas conclusiones.
Término municipal de Orrios.
**
*
*