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sábado, 24 de octubre de 2015

Octubre2015/Miscelánea. LA UVA DE MOSCATEL, FRUTO DORADO DEL OTOÑO.

NO TE SUBAS A LA PARRA
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El otoño es la estación dorada del año. Es el momento de coger la uva para hacer vino o bien para comerla directamente. Haremos referencia siempre a Encinacorba, villa que pertenece a la denominación de origen Cariñena. En Encinacorba, a diferencia de las demás poblaciones tiene una más amplia variedad de uva, ya que, aparte de las variedades que se dedican a la vinificación, se cultivan (cierto, que ya en poca cantidad), la uva moscatel (para licor o para mesa) y la uva de Cribatinaja (para vino o para mesa).
Hoy queremos mostrar dos racimos de uva de la variedad llamada: Moscatel de Alejandría. Esta variedad se adapta bien a suelos pobres y que filtren bien el agua. Nosotros, como todo el mundo, en invierno podamos la parra. La poda no es una tarea difícil, ni mucho menos. Con ella trataremos de darle la forma adecuada a la cepa y de dejarle las yemas que consideremos oportuno. Sin embargo, la poda sí que es importante, esta importancia se manifiesta a finales de abril, cuando se produce la salida del pámpano. Si hemos dejado muchos pámpanos saldrán muchas uvas y mermará la calidad. Por ello se ha de calcular la cantidad de uva que queremos en cada cepa. Si cortáramos todas las yemas, la planta responde mediante el brote a yema ciega. Así que, al principio, no hay que preocuparse demasiado por el tema, con el tiempo se va cogiendo destreza.
Una vez que han salido los pámpanos, a continuación, se produce el brote del racimo en miniatura. Pero, para que se convierta en uva tiene que esporgar. Las condiciones climáticas influyen en la esporga. Lo ideal en el moscatel es que la esporga deje el racimo claro, que la uva no se vea apelotonada, pues si es así, será más fácil el que coja enfermedades. En la primera foto tenemos uva de moscatel sin enfermedades y el racimo está alargado con las uvas separadas.  En la segunda foto, aunque pudiera parecer más atractiva, tiene enfermedad.
Las dos enfermedades más comunes de la vid son el Oidio y el Mildiu. Nosotros como tenemos bien ventilada la parra y además despuntada y aclarada, sólo echamos azufre una vez y fue, suficiente. El espuntado o despuntado es tarea fácil, ya que se trata de cortar las puntas de los sarmientos para que la planta vegete menos y dedique sus energías al engorde del grano.
Cuando la uva empieza a madurar llegan  primero, los pájaros, que sangran el grano dejando salir su mosto. A continuación vienen las avispas a comer, también, del dulce líquido. Para evitar esto, tenemos bolsas o mallas. Si ponemos bolsas, debe hacerse racimo por racimo. Sin embargo, la malla, este año la he colocado por debajo de la parra. La razón es que los pájaros pican la uva de arriba para abajo, pero cada vez hay menos pájaros (dicen que por culpa de los insecticidas) y las avispas, en manada, atacan de abajo para arriba. Así que, este año, me ha dado buen resultado.
Finalmente, hay que esperar a que el fruto esté bien maduro en la cepa pues, como es para consumo propio, es lo mejor.
Así, hemos obtenido tres cajas de uva de moscatel con una sola cepa, de grano redondo y dorado, sin manchas de enfermedad alguna y con un óptimo punto de maduración.
Están que te dicen: ¡cómeme!
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