DE NUEVO ELECCIONES
( PAR Y CHA)
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Si nos mirásemos en el espejo catalán, PAR CHA, deberían ir juntos a las elecciones Generales para tratar de salvar el espectro de un aragonesismo político que con tanto ahínco y tenacidad se han encargado, hasta ahora, de liquidar.
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Si nos mirásemos en el espejo catalán, PAR CHA, deberían ir juntos a las elecciones Generales para tratar de salvar el espectro de un aragonesismo político que con tanto ahínco y tenacidad se han encargado, hasta ahora, de liquidar.
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Se inicia un
nuevo tiempo de elecciones, esta vez Generales, que son las que verdaderamente
marcan la vida y el futuro de nuestro Estado. A ellas concurren todos los partidos
y colaciones políticas que existen y que tienen afán de participar directamente
y de forma oficial, en el gobierno de las instituciones nacionales.
Estas
elecciones, sin embargo, no son las más propicias para partidos de corte
regionalista. En el caso de Aragón el PAR y la CHA se disputan el voto
regionalista de centro derecha y centro izquierda aragonesista. En Aragón,
también, hay partidos independentistas como PUYALÓN, situados a la izquierda de
la CHA.
Lo que
interesa saber, ahora, es la fuerza y la pujanza que gozan estas fuerzas y cómo
les ha influido la aparición de nuevas corrientes y partidos políticos.
Para empezar
el llamado “nacionalismo” aragonés está bastante deteriorado luego que, tanto el centro derecha como el centro izquierda, haya hecho dejación, clara y patente, en el apoyo,
la protección y la promoción de la cultura aragonesa (véase el contraste, en el
espejo catalán). La televisión autonómica (telejota) dedica horas y horas a
este modo de cantar y bailar tan arraigado llamado LA JOTA. Sustituyendo, no se
si intencionadamente o no, la CULTURA aragonesa, por el FOLKLORE. Sea como
fuere, es evidente, que no puede existir aragonesismo sin cultura aragonesa. De ahí que, la pérdida de votos en las elecciones autonómicas, las que les son más
propicias, haya creado la alarma en ambas partes del espectro político.
El PAR ha
sufrido una merma constante en su militancia y también una falta de actividad de
los miembros que no tienen “puesto” en la administración y gestión pública.
Estas gentes han encontrado un nuevo partido que le viene como anillo al dedo.
Se trata del partido emergente llamado Ciudadanos.
Ciudadanos les propone un juego que
lleva tiempo practicando el PAR, se trata de pactar a derecha o a izquierda según
convenga. Pero ahora, estos viejos militantes del PAR, van a jugar en primera
división. Con lo cual, el trozo de pastel va a ser más suculento y sabroso que
la vieja “tajada” aragonesa nacida con el slogan: Aragón es nuestro partido.
Por otra
parte la CHA, que juega en el campo del marxismo a la vez que en el del
nacionalismo (incomprensible) sufre las dentelladas de la disidencia. Por una parte
PUYALÓN. Por otra parte, los cantos populistas y sus alianzas con la izquierda
plural, hace que muchos ciudadanos ya no vean nada claras sus señas de
identidad. Presentarse en solitario es un suicidio y por ello el PSOE ya les ha
dejado un puesto vacante en sus listas. De aceptarlo, cosa bien probable, estos
chicos empezarían a completar un currículum verdaderamente impresionante y su
carnet de baile que pronto estará completo de raso.
Tanto la CHA
como el PAR realizan la misma actividad que el resto de los partidos
consolidados. En vez de alejarse del fragor del combate y reflexionar sobre su
papel en la sociedad aragonesa y como articularla conforme a su perfil e
ideario político. Pasan el tiempo en conspiraciones y alianzas. Luchan
denodadamente por un trozo de poder o por un churro y un chocolate.
Abandonando, ¿por incapacidad?, la formulación y articulación de la propuesta
aragonesista que les compete. Resultado de todo esto es que no hay, ni CULTURA
ARAGONESA, ni POLÍTICA ARAGONESA.
Hoy, el solar
de la patria de Joaquín Costa, está yermo. Ambos partidos tienen el futuro muy
comprometido y Aragón, que ha sido un reino en el que vive todavía parte de su
antigua foralidad, pierde definitivamente su identidad más allá de la Jota y el
Pilar.
En
definitiva, los partidos regionales de corte aragonesista, han vivido y hecho
nido en el oportunismo y en el trapicheo político. Consecuencia de todo ello ha
sido, un tremendo desgaste, que puede acarrearles su casi desaparición o
convertirlos en partidos testimoniales.
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