DEBATES PREELECTORALES
(II)
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Zaragoza en Común
volvió a quedarse solo este lunes en la votación de sus primeras ordenanzas
fiscales al frente del Ayuntamiento de Zaragoza. El PSOE ratificó su posición
junto a PP y Ciudadanos y este voto conjunto de las tres formaciones
municipales impidió a ZeC sacar adelante su propuesta para los impuestos del
IBI y del IAE.
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Seguramente sin impuestos nuestra
sociedad no funcionaría, tal como la conocemos ahora, ni daría las prestaciones
universales que da. Pero, a menudo, los impuestos se convierten en una pesadilla
para el ciudadano medio. Para ese ciudadano que ha practicado una economía
domestica mesurada (ni viajes, ni restaurantes, ni ropa cara, ni joyas...) y que ha ahorrado algún dinero. Al cabo de un tiempo de
ahorro te conviertes en un rico al que hay que desplumar. Has pagado todos los impuestos
que legalmente se han establecido, pero la mano del recaudador no descansa y
cada vez que mueves tu dinero o tu patrimonio, ahí está una u otra institución
dispuesta a llevarse una parte de tu trabajo. La segunda parte de este asunto
tan enojoso reside en la forma tan disparatada que tienen los políticos que
gestionan nuestras instituciones, de administrar el dinero de todos. Ese dinero,
del que en algún momento de relajación, algún político llegó a decir que no era
de nadie.
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LOS IMPUESTOS
Una de las constantes en la
historia de nuestra civilización ha sido el cobro de impuestos. Desde la
civilización egipcia, asentada en un fértil valle aluvial, hasta nuestros días.
La captura de impuesto creó una estructura social piramidal. De tal forma que
los excedentes agrarios daban comida y una vida privilegiada a un grupo social
dirigente. Si no había suficiente alimento por causas de las sequías, plagas o
epidemias, se recurría a la guerra. Pero no todos los imperios de la antigüedad
tuvieron la misma trayectoria en este sentido. Roma, ejemplo de Imperio y de la
civilización que más a aportado a la sociedad occidental, alimentaba a la gran
población que abigarraba la ciudad mediante la guerra. Si quieres la paz (en
Roma) prepara la guerra (en el Imperio). De esa forma llegaban a Roma (todos
los caminos conducen a Roma), metales como el oro y la plata; trigo, aceite y
vino; animales salvajes para el circo y mil cosas más. Así pues vemos que los
distintos territorios de nuestro planeta gozan de diversidad en el número y la
cantidad de riqueza natural que poseen.
Todas las naciones, en la
actualidad, practican un tipo u otro de impuesto. Más alto o más bajo, en función
de su riqueza natural y de los servicios que aporten a la comunidad los Estados
correspondientes. Un modelo se ha promocionado en los últimos tiempos en
Europa, se trata de los países nórdicos. Poco poblados y con grandes recursos
naturales. A su vez, han incrementado de manera destacada la cantidad de
impuestos que restan a sus ciudadanos. Con todo ello ofrecen una panoplia de servicios
verdaderamente admirable. Este modelo socialdemócrata, se ha tratado de exportar
a otros territorios con diversa fortuna.
ESPAÑA
En nuestro caso, el modelo
socialdemócrata encuentra a menudo resistencia en determinados sectores de la
población, como se ha visto hoy en el Ayuntamiento de Zaragoza y cuya noticia
colocamos al inicio de este escrito.
España es un país pobre en
recursos naturales, de débil industrialización y con un sesenta por ciento de la
población laboral dedicada al sector servicios. Tiene que comprar en el exterior sobre todo energía (petróleo);
también, maquinaria, tecnología, carbón, madera, pesca…). El país, para mantener un nivel de vida
adecuado debe endeudarse y la UE le advierte de continuo que no sobrepase su
tasa de endeudamiento y que la reduzca.
El mantenimiento de los servicios básicos universales: educación, sanidad y
pensiones, constituye para sus gobernantes un verdadero quebradero de cabeza.
La perdida de control en el gasto puede ocasionar situaciones como la de
Grecia, un país mucho más desestructurado que España, todavía no tiene
catastro.
Con este panorama hay dos modelos
recaudatorios que se reflejan en dos tipos de políticas: izquierda y derecha.
La derecha española sigue un modelo
liberal que tenderá a rebajar los impuestos para favorecer la creación de
empresas, el incremento de puestos de trabajo y evitar crear grandes masas de
gente subsidiada.
Por el contrario la izquierda, mantiene
siempre una política de subida de impuestos bajo el pretexto de acudir en ayuda
de los sectores sociales más desfavorecidos. Por ello hablan de la creación de
un salario mínimo vital de carácter universal. Argumentan que van a sacar el
dinero incrementando los impuestos a los más ricos. Pero la realidad no es esa.
Los más ricos tienen el dinero en paraísos fiscales u en otros países de economía
más tranquila. Aquí, en España, siempre paga la clase media, irremisiblemente.
Un ejemplo puesto hoy en evidencia es el IBI, es decir, el impuesto por tener
un piso o una casa en el pueblo. La desaforada voracidad del Ayuntamiento de
Zaragoza que ha sufrido un gasto desmesurado (y no precisamente en gasto
social) hace que se recurra a los de siempre, que empiezan a estar hartos de
las altas tasas de impuestos y de unos salarios más que moderados.
Un problema que crean las sociedades
mediatizadas, tras dotar a sus individuos de un salario mínimo, tipo Venezuela,
es el de la pobreza estructural y la sumisión al poder sin ventana de salida. Todos
iguales pero pobres… a pesar de tener, Venezuela, grandes cantidades de petróleo.
Otro problema de las sociedades tipo “socialista” es la falta de iniciativa en
los individuos. Para entendernos, todo un país de funcionarios, sin iniciativa
privada puede llegar a ser la ruina. En este sentido tenemos a Rusia, el país más
grande de la Tierra en extensión y con más recursos naturales. Bueno pues con
un régimen socialista (praxis comunista) se producía desabastecimiento,
racionamiento de alimentos a la vez que carestía en todos los segmentos de la
vida económica de sus individuos.
La cuestión es que, nunca nos
vamos a librar de los impuestos, eso va en el ADN de nuestro modelo político
ya, en cualquier parte del universo. Lo que se trata ahora es de saber quien
puede aliviar la carga, mediante una mejor y más eficaz gestión de los
recursos.
De aquí que lleguemos a la
siguiente conclusión. Si vota izquierda, vota subida de impuestos (la bajada de
impuestos no es política progresista, dicen estos partidos). Si vota derecha,
pude que tenga suerte y que se los mantengan. Aznar le ha recriminado varias
veces a Rajoy el hecho de no bajar los impuestos (tal como prometió). La derecha se ablandan en periodo
electoral, pero volveremos a las andadas.
Hay dos formas de escapar del pago del impuesto:
el fraude fiscal y la economía sumergida. Si no te pillan vas bien. El Gobierno
(todos los Gobiernos) hace campañas indicando la insolidaridad manifiesta de
aquellos que defraudan a la hacienda pública española. Gran parte de la economía
sumergida la consiente el Gobierno, pues, ayuda (como mal menor) a aumentar el consumo y a
activar la economía. Para terminar de enfadarnos tenemos a: Bárcenas, los ERES de Andalucía, los Pujol- Mas, los Iglesias y Lambán... etc. etc.
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