Gómez
Miedes, Bernardino. Alcañiz (Teruel), c.
1515 – Albarracín (Teruel), 4.XII.1589. Prelado, humanista e
historiador.
Biografía
Nada se sabe de su
origen familiar, salvo que tuvo al menos dos hermanos: Miguel Gómez
de Miedes, doctor en ambos Derechos, y Miguel Tomás Gómez de
Miedes, que le sustituyó en la canonjía de Valencia tras su muerte.
Se conoce también el nombre de un tío suyo, Miguel Pérez de
Miedes, capitular de la Iglesia de Valencia y arcediano de Sagunto.
Después de unos
primeros años de estudio y formación en su pueblo natal, entró en
el Estudi General de Valencia (hacia 1532). Viajó luego a París
para completar sus estudios filosóficos, de donde tuvo que salir
huyendo a Lovaina (1542) debido al cerco de Perpiñán provocado por
el delfín Enrique y la llegada del emperador Carlos V con el
ejército de socorro. Después de una breve estancia en Amberes,
regresó a Valencia. Frecuentó la Corte local de la virreina Mencía
de Mendoza, duquesa de Calabria, quien creó un importante foco
cultural que, bajo su mecenazgo y bajo la égida de Miguel Jerónimo
Ledesma, era vigilado a distancia por la Inquisición por las ideas
que allí imperaban.
En torno a 1548
realizó su primer viaje a Roma. La cultura y el afán de enriquecer
sus estudios fueron los motivos esenciales, sin olvidar además el
preponderante papel y la vinculación histórica de la Corona de
Aragón con la Italia de esos tiempos. En la Ciudad Eterna comenzó
la redacción de su obra más ambiciosa y personal, los Commentarii
de sale, una especie de “enciclopedia” de los
acontecimientos más destacables del prodigioso Quinientos europeo,
repleto de hombres y gestas excepcionales.
Abandonó Roma diez
años después y en su itinerario de regreso a España realizó
algunas incursiones por el resto de Italia, Alemania y Francia, a fin
de recoger todo tipo de noticias sobre la sal. Se estableció en
Valencia en los primeros años de la década de los sesenta,
ostentando los cargos de arcediano de Sagunto y canónigo de
Valencia. En 1572, y después de casi veinticinco años de redacción,
publicó sus enciclopédicos Commentarii
de sale, que muy pronto le proporcionaron fama y
gloria.
Realizó en 1575 un
segundo viaje a Roma, a la Corte pontificia de Gregorio XIII, para
resolver cierto asunto importante que afectaba a la Iglesia
valenciana. Allí contactó con altos cargos eclesiásticos, como el
papa Sixto V, entonces cardenal, o Antonio Perrenot, cardenal
Granvela. A la vuelta de este viaje, perdió en un quasi naufragio
su obra De apibus siue
republica, lo que no ocurrió con otros objetos
sagrados regalados por el Pontífice que se contenían en el mismo
baúl arrojado al mar. A salvo ya en Valencia, Gómez Miedes recuperó
dicho baúl, que llegó flotando a las costas valencianas y fue
entregado al arzobispo Juan de Ribera. Este suceso “milagroso”
fue descrito por el propio autor en una carta dirigida al Papa,
publicada en 1576.
En los años finales
de su vida, Gómez Miedes, estimulado por el éxito de su primer
escrito (que conoció una segunda edición muy ampliada en 1579), se
lanzó desenfrenadamente a escribir y publicar: un epítome de las
constituciones de la Iglesia valenciana (1582), una obra histórica
sobre el rey Jaime I el
Conquistador (1582 y 1584), un tratado
filosófico-teológico sobre la constancia (1586) y un manual sobre
la enfermedad de la gota (1589). En 1585 fue nombrado obispo de
Albarracín por Sixto V a petición de Felipe II y en 1587-1588 fue
uno de los diputados por el reino de Aragón y, como tal, intervino
en el llamado “pleito del virrey extranjero”. Murió a finales de
1589 en Albarracín. Su tumba se halla en la capilla mayor de la
catedral de dicha ciudad.
Es uno de los cinco
componentes más destacados del llamado “Círculo humanístico
alcañizano” —junto con Juan Sobrarias, Pedro Ruiz de Moros, Juan
Lorenzo Palmireno y Domingo Andrés—, elogiado y reconocido por su
habilidad y fama como predicador, sus vastos conocimientos y sus
éxitos literarios, en especial, su biografía de Jaime I y su
novedosa y enciclopédica obra sobre la sal.