Una de las cosas que diferencia a los judíos de los cristianos es que los judíos no hacen apostolado. Todos los judíos del mundo están identificados con un dios y una historia común. Es, o al menos hasta ahora, ha sido una sociedad cerrada y su culto no tiene imágenes. El elemento físico más destacado el el rollo de la Torá o la Mosá. Hábitos de celebración y alguna lámpara es todo su bagaje. Se consideran el “pueblo elegido” y han sufrido persecución y holocausto desde el mismo momentos en que llegaron de oriente, de la India. Pero fue en Egipto, de manos de Moisés, donde sufrieron la transformación que les ha llevado hasta nuestros días. Constituyen un grupo etno-cultural y las muchas vicisitudes que han tenido a lo largo de los siglos les han hecho comprender que la mayor riqueza es el conocimiento. Por esa razón han surgido personalidades judías destacadísimas en todo el mundo. Personalidades que han transformado nuestra sociedad. Sin ir más lejos, cuando se discute de Marxismo y Cristianismo estamos hablando de dos judíos en dos épocas diferentes pero con total vigencia AMBOS en la actualidad. Y si hablamos de ciencia quién no reconoce la autoridad de Albert Einstein. Pero, hay un asunto por el que son odiados por la izquierda. Ellos simbolizan el capitalismo (no se les permitía tener propiedades). Ello hace que los comunistas los combatan y se alíen con sus más fervientes enemigos, los musulmanes. El afán de hoy, de los judíos, estriba en sobrevivir en una tierra rodeada de enemigos que luchan por destruirlos. Nosotros, los occidentales, la cultura occidental, tenemos nuestras raíces fundamentadas en el el judaísmo. Traicionar nuestras raíces, es condenarnos a la nada.
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «Biografia de Abdías» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004.
Abdías
(También llamado Obodyá, Obadyá u Obadías; siglo VI a.C.) Profeta bíblico, uno de los doce profetas menores del Antiguo Testamento, autor del Libro de Abdías. Con sólo veintiún versículos, es el más corto de las Sagradas Escrituras y uno de los menos precisos desde el punto de vista cronológico.
El Libro de Abdías ocupa el cuarto lugar en la serie de los libros de los doce profetas llamados «menores» y se sabe que fue escrito por Abdías (nombre que significa "siervo de Dios"), si bien se desconoce todo acerca de quién fue y dónde escribió el libro. Se supone que fue escrito en el año 607 a. de C., pocos años antes de la caída de Edom, aunque se barajan numerosas hipótesis. Algunos autores sostienen que Abdías había profetizado en la época de Joram, rey de Judá (849-842); pero como puede interpretarse que habla de la destrucción de Jerusalén como ya ocurrida en los versos 11-14, otros colocan su profecía en la época del destierro. Ciertamente el tono de su libro, que muestra bastante mayor confianza en el futuro que en el presente, hace pensar que Abdías nació después de la caída de Jerusalén (586 a.C.), en el oscuro período a que alude también el libro del profeta Jeremías.
El contenido del libro puede dividirse en dos partes. La primera (versículos 1-16) contiene juicios adversos contra la presuntuosa Edom, la cual tiene su morada entre peñascos inaccesibles. Sus mismos aliados se volverán contra ella y la asolarán por haberse violentado contra los «hijos de Jacob, sus hermanos», y por haberse regocijado por la caída de Jerusalén e impedir la huida de sus habitantes. La segunda (versículos 17-21) profetiza la restauración de la casa de Jacob y la restitución de sus territorios. Ambas profecías tuvieron cabal cumplimiento. El hebreo de Abdías es muy animado y fluye rápidamente; sus frecuentes apóstrofes e interrogaciones le dan vivacidad y soltura. El estilo es a menudo muy poético y casi siempre límpido y puro.